Por Sathya Sai Baba
La catarata que ciega los ojos de una persona no es algo que provenga desde fuera. Es un crecimiento interno. Un pedazo de leña o de carbón encendido se cubre por una capa de brasas. Esta capa no proviene del exterior, sino que es producida por el trozo encendido mismo. El musgo que cubre la superficie del agua estancada también viene del agua. El Sol que calienta la Tierra hace que el agua se convierta en vapor, el que se eleva hacia el cielo formando nubes. Y estas nubes formadas por el Sol terminan por cubrirlo. De manera similar, la ignorancia que surge en la mente del hombre nubla su discriminación y le lleva al sufrimiento. Las cataratas de los ojos deben ser removidas por medio de la cirugía. La sabiduría es el instrumento quirúrgico que elimina el tumor maligno de la ignorancia. El arma de la sabiduría le permite al aspirante espiritual conquistar a la ignorancia y lograr la Iluminación.
El logro de la Iluminación Espiritual por medio del instrumento de la sabiduría se conoce como Vibhaga Yoga, el que se ve facilitado por la práctica constante y el ceremonial ritual. Los estudiantes deberán llevar a la práctica al menos unos pocos de los inmortales aforismos del Bhagavad Gita, a pesar de que posiblemente no sean capaces de seguir el elaborado ritualismo de las Escrituras.
El egoísmo es como un globo lleno de aire. Si lo pinchan, el aire de adentro se combinará con el de afuera. Cuando se desinfla el ego, el Amor altruista toma su lugar. Amen a todos y cultiven la compasión universal. El amor por uno mismo debería desarrollarse en Amor Divino, que es la más alta forma de Amor.
Deberíamos ascender del estado inferior del amor hasta un estado de Amor superior, de la misma forma en que ascendemos desde un nivel inferior de la verdad hacia un nivel superior de ella. Sólo a través del altruismo pueden alcanzar la Divinidad.
Tanto la ayuda que les brindemos a otros como el daño que otros nos hayan hecho, deben ser completamente olvidados. No cavilen respecto a las injurias que les hayan infligido. Al mismo tiempo, no esperen ni reconocimiento ni recompensa por los servicios que hayan prestado. Si esperan buenos resultados por sus acciones, habrán de estar también preparados para los malos resultados.
Fuente: Lluvias de verano Tomo 6 cap. 31 (1979)