El ajo, conocido por sus usos medicinales a lo largo de miles de años, ha demostrado tener beneficios en la salud cardiovascular, según un reciente metanálisis de casi 30 estudios publicado en la revista Nutrients.
La historia del uso del ajo se encuentra en la medicina tradicional de las más antiguas civilizaciones. “A quien ajo come y vino bebe, ni la víbora le puede” o “Ajo, cebolla y limón, y déjate de inyección” sostienen los refraneros de la sabiduría popular.
El ajo, conocido científicamente como Allium sativum, es rico en compuestos sulfurados, polisacáridos, saponinas, fructosanas (oligosacáridos que funcionan como prebióticos), vitaminas A, B1, B3, B6, C, y minerales, como el hierro, el sílice, el azufre y el yodo. La clave de su poder se concentra principalmente en dos sustancias: la alicina y la adenosina. Eso sí, debes saber que, en función de cómo lo tomes, activarás uno u otro componente. En concreto, cuando tomas el ajo crudo, potenciarás la primera. En cambio, si los dientes son cocinados, se produce la segunda.
Elisabetta Politi, educadora certificada en diabetes en Duke Health en Durham, señaló que el ajo pertenece a la familia allium, que incluye cebollas y puerros. Esas plantas contienen compuestos de azufre como la alicina, que contribuyen a los beneficios para la salud.
El consumo diario de ajo o suplementos de ajo puede conducir a mejoras en los niveles de azúcar y colesterol en la sangre. Matthew Badgett, médico de salud integral en la Clínica Cleveland, explicó que el ajo muestra una reducción en los niveles de A1C, un análisis de sangre que mide el nivel promedio de azúcar en sangre en los últimos dos o tres meses, y en el colesterol LDL, conocido como colesterol “malo”.
“La reducción promedio del colesterol LDL fue de 8,2 puntos”, agregó Badgett.
Cómo consumir el ajo de manera saludable
Brogan Taylor, dietista registrada de Banner Health en Phoenix, destacó la importancia del ajo como un condimento que también puede ayudar a reducir el consumo de sodio en la dieta. Añadió que para obtener los beneficios del ajo se debe consumir entre 3 y 6 gramos (o uno o dos dientes) cada día. Taylor sugirió incorporar ajo fresco, picado o triturado en las comidas diarias. Algunas ideas para incorporar más ajo a la dieta incluyen su uso en sopas y guisos, así como en la cocción de proteínas y vegetales.
Para quienes no digieren bien el ajo o no les gusta su sabor, Politi recomendó los suplementos. Sin embargo, debido a las variaciones en la calidad y el costo, señaló que el uso de ajo en polvo en las comidas podría ser una opción preferible si se tolera el sabor.