Thich Nhat Hanh es un monje zen vietnamita y un histórico militante de la paz mundial. Sus enseñanzas, basadas en la sabiduría budista, ayudaron a miles de personas a tener vidas plenas de calma y armonía interior. Compartimos sus mejores frases y reflexiones:
Practicamos como la flor de loto y el barro. La flor de loto no piensa: “No quiero el barro”. La flor de loto sabe que puede florecer tan bella sólo gracias al barro. Para nosotros, ocurre lo mismo. Tenemos semillas negativas en nuestro interior, el elemento del barro, si sabemos cómo aceptarlo, nos aceptamos a nosotros mismos. La flor de loto no necesita deshacerse del barro. Sin barro, moriría.
Si no tenemos deshechos, no podemos florecer. No deberíamos juzgarnos, ni juzgar a los demás. Sólo necesitamos practicar la aceptación y así progresar sin lucha. El proceso de transformación y sanación requiere prácticas continuadas. Producimos basura cada día, y por este motivo necesitamos practicar continuamente para cuidarnos de nuestra basura y convertirla en flores.
-Thich Nhat Hanh.
Con tu sonrisa, haces el mundo más bello.
-Thich Nhat Hanh.
La respiración es el puente que conecta la vida con la conciencia, que une el cuerpo con sus ideas.
-Thich Nhat Hanh.
La práctica de la paz y la reconciliación es una de las acciones humanas más esenciales y artísticas.
-Thich Nhat Hanh.
A veces tu alegría causa tu sonrisa, pero también hay veces en las que tu sonrisa puede causarte alegría.
-Thich Nhat Hanh.
Al meditar no nos alejamos de la sociedad, no nos escapamos de ella, sino muy por el contrario, nos preparamos para reinsertarnos adecuadamente en ella.
-Thich Nhat Hanh.
El Buda y los monjes y monjas de su tiempo tan sólo poseían tres hábitos y un cuenco, pero eran felices porque tenían algo sumamente precioso: la libertad.
-Thich Nhat Hanh.
Cuando se abre la puerta de la comunicación, todo es posible. De manera que debemos practicar el abrirnos a los demás para restablecer la comunicación con ellos.
-Thich Nhat Hanh.
El milagro no es caminar sobre el agua. El milagro es caminar sobre la tierra verde en el presente, para apreciar la belleza y la paz de la que se dispone ahora.
-Thich Nhat Hanh.
Sonreír es muy importante. Si no somos capaces de sonreír, entonces el mundo no tendrá paz. No es mediante manifestaciones en contra de las bombas atómicas que podemos lograr la paz. Es con nuestra capacidad de sonreír, respirar, y la paz que podemos lograr con esa actitud.
-Thich Nhat Hanh.
Sin comprensión no puede haber amor. La personalidad de cada persona está constituida por condiciones físicas, emocionales y sociales.
-Thich Nhat Hanh.
Con la comprensión no se puede odiar a nadie, ni siquiera a las personas crueles, pero sí se les puede ayudar a transformar sus condiciones físicas, emocionales y sociales.
-Thich Nhat Hanh.
Cuando hay un dialogo verdadero, ambos lados están dispuestos a cambiar.
-Thich Nhat Hanh.
Si al cabo de varios meses la práctica que estamos realizando no ha producido ninguna transformación ni curación, hemos de reconsiderar la situación. Hemos de cambiar nuestro enfoque y aprender más hasta encontrar la práctica correcta que pueda transformar nuestra vida y la de las personas a las que amamos.
-Thich Nhat Hanh.
El camino que he hallado permite vivir cada hora del día con plena conciencia, con la mente y el cuerpo en el momento presente. Lo contrario es vivir en la distracción. Si vivimos en la distracción, no sabemos que estamos vivos; no experimentamos plenamente la vida porque nuestra mente y nuestro cuerpo no están en el aquí y ahora.
-Thich Nhat Hanh.
Si eres poeta, verás claramente que hay una nube circundando esta hoja de papel. Claro, pues sin una nube no habría agua y sin agua los árboles no pueden crecer y sin árboles no podemos hacer papel de esta manera, la nube esta aquí, en esta página, entonces comprendemos que la existencia de esta página depende de una nube. Papel y nube están unidos, íntegramente relacionados.
-Thich Nhat Hanh.
Vivimos en una época en la que hay muchos medios de comunicación sumamente eficaces. La información viaja a la otra punta del planeta con gran rapidez. Pero es precisamente en esta época cuando la comunicación entre la gente, entre padre e hijo, marido y mujer, o madre e hija, se ha vuelto más difícil. Si no podemos restablecer la comunicación entre nosotros, nunca podremos ser felices.
-Thich Nhat Hanh.
El regalo más valioso que podemos ofrecer a otros es nuestra presencia.
-Thich Nhat Hanh.
Al margen de lo que la otra persona pueda hacer, tú debes realizar todo lo que te sea posible, has de darte al cien por cien. Todo lo que puedas hacer por ti, lo haces también por ella. No lo dejes para más tarde, no pongas condiciones diciendo: “Si no te esfuerzas por reconciliarte, yo tampoco lo haré”, ya que entonces no funcionará. La paz, la reconciliación y la felicidad empiezan, en ti.
-Thich Nhat Hanh.
Usted es el milagro y todo lo que toca puede convertirlo en milagro.
-Thich Nhat Hanh.
El ver significa ver algo, el oír es oír algo, estar airado es estar airado por algo, el esperar es esperar por algo, el pensar es pensar en algo, etc. Cuando el objeto del Conocimiento (el algo), no está presente, no puede haber sujeto que reciba el conocimiento. El practicante medita sobre la Mente, y al hacerlo, es capaz de ver la interdependencia que existe entre el objeto y el sujeto del conocimiento.
-Thich Nhat Hanh.
Tenemos más posibilidades en cada momento de las que pensamos.
-Thich Nhat Hanh.
La ira es una formación mental, y como nos hace sufrir, intentamos hacer todo lo posible por deshacemos de ella. (…) La gente que utiliza técnicas para desahogarse como golpear una almohada o gritar, en realidad está fortaleciendo la ira. Cuando alguien está furioso y descarga su cólera golpeando una almohada, está adquiriendo un peligroso hábito. Está aprendiendo a ser agresivo. En lugar de ello, hemos de generar la energía de ser conscientes y abrazar la ira cada vez que se manifieste.
-Thich Nhat Hanh.
No dañe a ningún ser humano, animal, vegetal o mineral.
-Thich Nhat Hanh.
La meditación en la interdependencia tiene que ser practicada constantemente. Debemos dedicarle tiempo durante nuestra meditación formal, pero esta interdependencia debe llegar a ser parte integral de nuestro entorno durante nuestras tareas diarias. Debemos ver a la persona que está frente a nosotros como a nosotros mismos y que nosotros somos esa misma persona. Debemos poder ver el proceso del inter-origen y la interdependencia de todos los acontecimientos, tanto de los que están sucediendo como de los que sucederán.
-Thich Nhat Hanh.
Si nuestro amor es sólo un hacer para poseer, no es amor.
-Thich Nhat Hanh.
La esperanza es muy importante porque puede hacer el momento presente más fácil de soportar. Si creemos que el mañana será mejor, podemos sobrellevar la vida actual.
-Thich Nhat Hanh.
El problema está en ver la realidad tal cual es.
-Thich Nhat Hanh.
Las personas le dan mucha importancia a las cosas negativas, lo que está mal… ¿Por qué no tratar de ver las cosas positivas, para llegar a realizar lo que se quiere hacer?
-Thich Nhat Hanh.
Si en nuestra vida cotidiana podemos sonreír, si podemos ser pacíficos y felices, no sólo nosotros, sino todo el mundo se beneficiará con ello. Esta es la forma más básica de trabajar para la paz.
-Thich Nhat Hanh.
En nuestra vida cotidiana estamos corriendo continuamente. No tenemos la capacidad ni la oportunidad de detenernos y observar profundamente la vida que llevamos, pero hemos de hacerlo, para poder comprenderla.
-Thich Nhat Hanh.
Nosotros somos hijos de la sociedad, pero también sus madres. Nosotros nutrimos de alguna manera a la sociedad. Si nosotros somos desarraigados de la sociedad, no podremos transformarla en un lugar más llevadero para nosotros y nuestros niños.
-Thich Nhat Hanh.
El verdadero amor se compone de entendimiento.
-Thich Nhat Hanh.
Es maravilloso estar vivo y gozar de la tierra.
-Thich Nhat Hanh.
Cuando nos acordamos de hablar palabras que son verdaderas, amables y constructivas, estamos alimentando una flor maravillosa en nuestros corazones y ofreciendo su dulce fragancia a todo el mundo.
-Thich Nhat Hanh
THAY – EL AGUA Y LA OLA
Cuando observamos el océano vemos que cada ola tiene un principio y un final.
Si observamos más a fondo descubrimos que todas las olas están hechas de agua.
Aunque lleve la existencia de una ola, vive también la vida del agua.
Sería triste que la ola no supiera que es agua.
Pensará: “Algún día tendré que morir. Este período de tiempo es la duración de mi vida y cuando llegue a la orilla regresaré al no-ser.”
Estas ideas pueden provocar en la ola miedo y ansiedad.
Si queremos que la ola sea libre y feliz debemos ayudarla a desprenderse de los conceptos del yo, la persona, el ser vivo y la duración de la vida.
Una ola puede reconocerse por los signos: alta o baja, naciendo o desapareciendo, bella o fea.
Pero en el mundo del agua no hay signos.
En el mundo de la verdad relativa, la ola se siente feliz al crecer y se siente triste al caer.
Puede pensar “soy alta” o “soy baja” y desarrollar un complejo de superioridad o inferioridad.
Pero cuando la ola percibe su verdadera naturaleza –que es el agua- todos sus complejos desaparecen y trasciende el nacimiento y la muerte.
Necesitamos del mundo relativo de la ola, pero para gozar de una verdadera paz y alegría, necesitamos también sentir el agua, la base de nuestro ser.
Una ola no tiene que morir para convertirse en agua.
El agua es la sustancia de la ola.
La ola ya es agua.
Las olas no existen separadas del agua.
Si sabes cómo sentir las olas sientes al mismo tiempo el AGUA.
-Thich Nhat Hanh.
“El deseo de liberación puede ser muy noble pero sigue siendo un deseo, un impulso del ego. Es el ego que desea destruirse para ser más grande. Es el ego que desea humillarse para ser ensalzado. Es el ego que desea acabar con el ego para demostrar la austeridad de su persona y la disciplina de su práctica y todo lo que ha logrado.
-Thich Nhat Hanh.
‘Cuando muera, no quiero que construyan una estupa
y pongan mis cenizas dentro de ella.
No me gustaría. Es un desperdicio de tierra.
Pero si insisten en construir una estupa,
les dejo una linea para inscribir sobre ella:
‘No hay nada aquí dentro’.
Y si continúan insistiendo,
les dejo otra línea más:
‘Tampoco hay nada afuera’.
-Thich Nhat Hanh.