Meditación Aquí y ahora: Estás donde necesitas estar, solo respira

Muchas veces quedamos “atrapados en el tiempo”, por lamentar el pasado o temer el futuro. Vivir el presente nos permite salir de esta trampa, nos permite “existir” en el sentido pleno de la palabra (ex-stare: estar fuera). Vivir el presente es pasar del tiempo a la eternidad, al Ahora que nunca pasa.

Es debido a la mente que dividimos el tiempo. Entonces, todo lo que hemos vivido se convierte en el pasado y todo lo que esperamos vivir se convierte en el futuro y aquello que está transcurriendo se convierte en el presente.

Un cuento oriental oriental nos explica cómo es vivir en el Aquí y Ahora:

Un hombre se le acercó a un sabio anciano y le dijo:

-Me han dicho que tú eres sabio. Por favor, dime qué cosas puede hacer un sabio que no está al alcance de las demás de las personas.

El anciano le contestó:

-Cuando como, simplemente como; duermo cuando estoy durmiendo, y cuando hablo contigo, sólo hablo contigo.

-Pero eso también lo puedo hacer yo y no por eso soy sabio-, le contestó el hombre, sorprendido.

-Yo no lo creo así- le replicó el anciano.

-Pues cuando duermes recuerdas los problemas que tuviste durante el día o imaginas los que podrás tener al levantarte.

Cuando comes estás planeando lo que vas a hacer más tarde.

Y mientras hablas conmigo piensas en qué vas a preguntarme

o cómo vas a responderme, antes de que yo termine de hablar.

El secreto es estar consciente de lo que hacemos en el momento presente

y así disfrutar cada minuto del milagro de la vida.

 

Estás donde necesitas estar, solo respira

Es cierto que en la vida atravesamos diferentes trayectos, donde podemos sentirnos, quedándonos corto, incómodos. Podemos renegar de la vida, de lo que llamamos sus pruebas, de nuestros afectos, podemos sencillamente querer aparecer en otra parte del mundo y olvidarnos de todo lo que nos rodea y nos afecta.

Inclusive estando en situaciones que son de nuestra preferencia, podemos sentirnos en algunos momentos que no encajamos, que no pertenecemos a un lugar o una situación no nos corresponde y aunque ese momento de desidentificación puede ser de mucha utilidad para tomar decisiones que generen cambios en nuestras vidas, la realidad es que siempre estamos donde necesitamos estar.

Esto puede parecer que responde a la creencia de que el destino está escrito y no nos da muchas opciones para vivir algo distinto a lo que experimentamos, pero no es así. Nuestras vivencias van a responder a nuestras necesidades, que a su vez, estarán asociadas a lo que vamos acumulando, es decir si se nos presenta una lección que sabemos aprovechar, esto nos enriquecerá lo suficiente como para que no resulte necesario ninguna experiencia similar.

Si por el contrario, no llegamos a crecer y a sacar lo necesario, seguramente nos veremos envueltos más temprano que tarde en una situación similar, y este ciclo lo repetiremos hasta que por fin entendamos la raíz de la vivencia, tomando para nosotros el conocimientos, las herramientas y los recursos que están a nuestra disposición y nos preparan para el próximo nivel.


Muchos dicen que la experiencia es el peine que nos regalan cuando estamos calvos, que no sirve de mucho saber cómo actuar, reaccionar o afrontar una situación cuando ya la hemos superado. Pero esa seguridad de poder hacer las cosas diferentes con los recursos que hoy se tienen solo es una muestra de lo que hemos cambiado con el paso del tiempo y de las experiencias, de no haberlo hecho, probablemente estaríamos cometiendo los mismo errores en un situación similar o bien adoptando una actitud particular ante un determinado escenario.

No reniegues de nada de tu vida, todo está ubicado en ella por un motivo, con un propósito, tu plan de vida contempla lo que necesitas tener cerca para justamente ayudarte a evolucionar en lo que es necesario. Ni las personas, ni los lugares, ni las oportunidades que se te presentan corresponden a un proceso aleatorio, todo tiene un porqué y mientras más pronto tomes consciencia de este hecho, más provecho podrás sacarle a cada experiencia, a cada nexo, a cada momento y sin duda tu capacidad de resiliencia, tu tolerancia, tu paciencia y tus capacidad de conectar con tu felicidad serán cada vez mayores.

Cuando sientas que nada tiene sentido, toma un momento para ti y solo respira, el alejar tus pensamientos te conectará a la fuente de toda sabiduría, que te facilita entender que estás justo donde necesitas estar.

 

¿Cómo pongo en práctica el aquí y ahora?

Bien recordando o bien planificando, o las dos cosas, puede ocurrir que la vida se nos pase sin darnos cuenta y sin disfrutar de cada momento. Dar absoluta prioridad a nuestras vivencias actuales requiere trabajar en ello y si estás dispuesta, estas son las claves para vivir el momento presente que pueden servirte de gran ayuda.

  1. Céntrate en lo que haces en este momento, huyendo de la rutina y dando importancia a cada una de tus acciones. En el ámbito laboral, en tus relaciones con familia y amigos o en el tiempo que te dedicas a ti misma. No hayas las cosas de forma mecánica. Piensa en ellas como acciones individuales que siempre deberían aportarte algo positivo.
  2. Mejora tu percepción. Cuántas cosas se nos escapan o pasan desapercibidas… observa cada detalle, hasta en las situaciones cotidianas, para darte cuenta de la importancia del aquí y ahora y de lo lleno de matices que está tu presente.
  3. Disfruta con lo que haces y, si no es así, ¡cambia!. Recuerda que solo puedes influir en tu situación actual porque el pasado no tiene remedio y el futuro es imprevisible.

Ya sabes, vivir en el aquí y ahora te ayudará a ser más feliz y a tomar las riendas de tu destino. Actúa.

Fuentes: Rincón del Tibet, refugiodelalma.com y aztlan.com.ar

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