Por Sathya Sai Baba
Vimalam Achalam se refiere a aquello que es puro y estable. En este universo, los cuerpos celestes tales como el sol, la luna y los planetas están en constante movimiento. Los estudiantes modernos son conscientes de esto: el rollo de película cinematográfica se mueve rápidamente a una velocidad de 16 filmes por segundo, pero la velocidad a la que se mueve la mente no puede ser estimada.
Una mente tan oscilante no puede comprender a la Divinidad, que es estable, inmutable, sin atributos, y es la encarnación de la suprema bienaventuranza y felicidad. Esa es la razón por la que los sabios y videntes de antaño solían orar así: “Salutaciones al Uno, que es la encarnación de la felicidad suprema”.
La felicidad relacionada con el cuerpo y la mente no es felicidad en absoluto. La felicidad interna (Nivritti) es verdadera felicidad.
Es extremadamente difícil comprender el principio divino. La fe es sumamente esencial para experimentar la Divinidad.
Donde hay fe, hay amor.
Donde hay amor, hay paz.
Donde hay paz, hay verdad.
Donde hay verdad, hay Divinidad.
Donde hay Divinidad, hay bienaventuranza.
Por lo tanto, solo la Divinidad puede conferir bienaventuranza eterna. La felicidad mundana es momentánea.
Discurso del 17 de Octubre de 1999