San Expedito fue un militar romano que vivió entre los siglos III y IV. Antes de su conversión al cristianismo fue comandante de la legión romana “Fulminata XII”, grupo de élite que estaba bajo las órdenes directas del emperador Diocleciano. Debido a su conversión, cuenta la tradición que San Expedito fue condenado a muerte y asesinado; por eso es considerado un mártir.
El nombre “Expedito” tiene un rico significado. Se trata de un adjetivo de clara raíz latina que quiere decir “desembarazado, libre de todo estorbo”, así como ”pronto a obrar”. Al parecer, dicho nombre fue bastante popular entre los romanos de la antigüedad.
Según la tradición de la Iglesia, cuando San Expedito ya había tomado la decisión de abrazar el cristianismo, el Maligno se le presentó en forma de cuervo y empezó a gritar: “Cras, cras, cras”, onomatopeya del canto del ave que en latín quiere decir: “mañana, mañana, mañana”.
La intención de Satanás en ese momento era enfriar el deseo que apremiaba el corazón de Expedito por conocer a Cristo, a sabiendas de que posponer -aunque sea por un solo día- una decisión tan importante, podría acarrear una victoria definitiva del mal.
El santo, con movimiento rápido y violento, aplastó al cuervo tentador, gritando lo que podría definirse como una respuesta perfecta: “¡Hodie, hodie, hodie!”, que en español quiere decir “hoy, hoy, hoy”. “No dejaré nada para mañana, a partir de hoy seré cristiano”, se dijo a sí mismo el mártir. De ahí en adelante, Expedito vivió su fe cristiana hasta el último de sus días, cuando le tocó entregar su sangre en el martirio.
Luego de su conversión, comenzó a proteger a los cristianos que eran llevados a los circos romanos para ser devorados por leones. Pero el emperador no podía tolerar que un comandante de legión desafiara sus leyes y que se hubiera convertido al cristianismo. Por esta razón fue detenido e interrogado, junto con otros compañeros de armas que también se habían convertido a la fe. El 19 de abril del año 303, Expedito fue sacrificado por orden del emperador en Melitene, junto con Cajo, Gálatos, Hermágoras, Aristónico y Rufo. Se impuso la pena de flagelación, se le dio a los reos la oportunidad de arrepentirse y, posteriormente, como se rehusaron fueron decapitados.
A San Expedito se le considera protector y hacedor de milagros ante las dificultades surgidas en el trabajo, intercesor por las familias y diligente abogado cuando alguien es llevado a juicio. Su rápida y contundente respuesta al demonio lo convirtió en modelo e intercesor en medio de los problemas urgentes y ante la procrastinación, tan común hoy en día. Si es inevitable quitarle horas al descanso, él es un gran intercesor. San Expedito también es protector de la juventud, los estudiantes y los enfermos.
Se le suele representar como un soldado romano portando una cruz en la que está escrita la palabra “hodie” (hoy), al lado de la hoja de palma que simboliza el martirio. A sus pies se representa un cuervo con la palabra “cras” (mañana). Se celebra el día de este santo popular del cristianismo el 19 de abril de cada año.
Sobre las pruebas históricas de su existencia, el Martirologio Tomano nombra efectivamente a un mártir desconocido llamado Expeditus (cuya declinación es Expediti):
En Melitene, en Turquía, del santo martirio de Hermágoras, Cayo, Expedito, Aristónico, Rufo y Gálata, todos los cuales el mismo día fueron coronados.
Melitinae, in Armenia, sanctorum Martyrum Hermogenis, Caji, Expediti, Aristonici, Rufi et Galatae, qüi omnes una díe sunt coronati.
En 1781, llegó una caja con reliquias no identificadas a un convento de monjas en París. Las reliquias se habían desenterrado de las catacumbas de la plaza Denfert-Rochereau. El remitente de la caja (desde la misma ciudad) había escrito sobre la caja «Spedito». Las monjas afirmaron que este «santo Spedito» había sido el mártir que aparecía en el Martirologio, oraron por su intercesión, y cuando sus oraciones se vieron rápidamente respondidas, la veneración de estos restos se expandió por toda Francia.
Oración a San Expedito
¡Señor Jesús acudo a tu auxilio!
¡Virgen Santísima socórreme!
San Expedito, tú que lleno de valor abriste tu corazón a la gracia de Dios
y no te dejaste llevar por la tentación de postergar tu entrega,
ayúdame a no dejar para mañana lo que debo hacer hoy por amor a Cristo.
Ayúdame desde el cielo a renunciar a todo vicio y tentación con el poder que Jesús me da.
Que sea yo diligente, valiente y disciplinado al servicio del Señor,
y no me acobarde ante las pruebas.
Tú que eres el santo de las causas urgentes,
te presento mi necesidad (intención).
Sobre todo te pido que intercedas por mí para que persevere en la fe,y así llegue al gozo del cielo con Cristo,
con la Virgen María, los ángeles y los santos.
Oración a San Expedito para urgentes necesidades económicas
San Expedito bendito protector nuestro:
guerrero y mártir que ahora gozas del Paraíso Eterno,
hoy me arrodillo ante ti para pedir tu asistencia,
te reclamo con urgencia y fervor
para que vengas en mi auxilio.
Las necesidades urgentes que hay en mi vida
no me permiten el descanso
vivo en estado de preocupación y de depresión continua.
Me siento solo y desesperado,
el abatimiento me acompaña,
el desconcierto me guía, y el sufrimiento se ha apoderado de mi.
Tú que eres el santo patrón de las causas justas y urgentes,
ayúdame, santo glorioso, a levantarme.
Te pido que acudas presto y derrames sobre mí
el valor, la energía, la esperanza,
que alivies mis penurias y miserias,
para que con tu mediación logre solucionar
las angustiosas necesidades,
los problemas económicos que me apremian
y la ruina de la que no se como salir,
te pido que con tu caridad me concedas:
(Mencionar ahora la petición)
Ayúdame a utilizar mi coraje,
a desarrollar mi fuerza y potenciar mi voluntad,
para que la terrible situación por la que ahora estoy pasando,
se resuelva pronto y todo quede en un recuerdo,
que todo sea una experiencia que tuve que pasar
para aprender y mejorar,
y que solucionados los obstáculos
se abran mis puertas a un futuro de éxito y prosperidad.
Glorioso San Expedito, oye mi suplica,
te ruego atiendas mis ruegos con urgencia.
Gracias san Expedito, santo benevolente,
pues se que estas aquí conmigo, escuchándome,
y que mi mejoría comenzará en este mismo momento,
yo te lo agradeceré el resto de mi vida
y llevare tu nombre al que lo precise.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Gloria
Amén