Carlo Acutis: la increíble vida del joven “influencer de Dios” que podría convertirse en santo

Carlo Acutis fue un adolescente italiano que falleció a los 15 años, en 2006, tras predecir su propia muerte. Su cuerpo sigue asombrosamente intacto desde ese entonces. El adolescente se dedicó en su corta vida a ayudar a los más necesitados y a difundir contenidos espirituales a través de Internet, llevando palabras divinas de amor y paz gracias a la tecnología.

Carlo nació el 3 de mayo de 1991 en Londres pero a los seis meses sus padres se trasladaron a Milán. Desde chico se distinguió por su profunda espiritualidad y por su dedicación a ayudar a los más pobres. Por las tardes solía salir a llevar comida y bebidas calientes a las personas sin hogar. Carlo servía “en las mesas de los pobres, las de las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta en Baggio y las de los capuchinos donde servía como voluntario”.

Asimismo, le despertó mucho interés la tecnología, lo que le fue muy útil luego para poder difundir las enseñanzas de Jesús a través de ese canal.

A los 14 años, realizó una exposición sobre los 136 milagros eucarísticos reconocidos por la Iglesia (miracolieucaristici.org) que fue vista en todos los continentes.

Carlo, que era hijo único, predijo a su madre que iba a tener mellizos, a pesar de que estaba por cumplir 40 años. En 2010, cuando Antonia Acutis tenía 43 años, dio a luz a una niña y un niño: Francesca y Michele.

A principios de octubre de 2006 Carlo comenzó a sentirse muy mal y fue hospitalizado de urgencia. El diagnóstico fue leucemia mieloide aguda, en su grado más agresivo. El 12 del mismo mes falleció en Monza, pero Carlo pidió que sus restos descansaran en Asís.

El adolescente había predicho su propia muerte tres meses antes, mientras grababa un video. “Cuando pese 70 kilos, estoy destinado a morir”, dijo frente a la cámara mientras miraba al cielo. Justamente ese fue el peso con el que dio su último aliento.

Pero las sorpresas de su milagrosa vida no terminarían ahí. La tumba del joven fue abierta después de una misa que presidió en su memoria el Obispo de Asís, Monseñor Domenico Sorrentino.

El video de ese momento impactó en las redes sociales: se puede ver como el cuerpo del adolescente está casi intacto a 14 años de su muerte.

El rector del Santuario del Despojo en Asís, Padre Carlos Acácio Gonçalves Ferreira, manifestó: “Podemos sentir su santidad no como una cosa lejana, sino como algo al alcance de todos”.

Antonia Salzano, madre del futuro beato, afirmó al diario Corriere della Sera que en su hijo había una natural predisposición a lo sagrado y que a los tres años el pequeño Carlo comenzó a pedirle que lo llevara a la iglesia para saludar a Jesús y solía recoger flores para llevárselas a la Virgen. Además, a los siete años pidió recibir la Eucaristía e hizo la Primera Comunión. “Carlo me salvó. Yo era una analfabeta de la fe”, afirmó la madre.

En una entrevista concedida a ACI Prensa/EWTN, Antonia Salzano destacó que Carlo “deseaba mucho el encuentro con Jesús, que para él era una presencia viva, era un amigo. Lo vivía como un encuentro con el amor de su vida al que no quería renunciar por nada. Carlo vivía esta presencia de Dios constante en su vida, sabía transformar lo ordinario en extraordinario precisamente porque tenía esta presencia viva de Jesús dentro de su corazón”.

Explicó que “desde pequeño, Carlo siempre había mostrado un fuerte interés por todo lo relacionado con la Iglesia, los santos, el Evangelio… Por ejemplo, recuerdo que cuando era pequeño, pasábamos delante de las iglesias y quería entrar para saludar a Jesús, para rezar en el sagrario. En primavera, cuando salíamos de paseo, recogía flores para llevárselas a la Virgen. Por lo tanto, desde pequeño, mostró de forma espontánea, él solo, un fuerte interés personal por la Iglesia”.

Señaló que solía pronunciar “esta frase: ‘No yo, sino Dios’. Parece una banalidad pero, en efecto, una sociedad como la nuestra tiene necesidad de redescubrir la importancia de comenzar en todo desde Dios”.

“Carlo nos remite a aquello que es más importante, que es poner a Dios en el primer lugar de nuestra vida”, afirmó Antonia. “Seguramente hoy, que rige una sociedad basada un poco en lo efímero, en la exaltación del yo, donde se olvida la existencia de Dios, el mensaje de Carlo es profético”.

Además, insistió en que “su fe no estaba separada de su vida, como hacen muchas personas que separan su vida cotidiana de su dimensión de fe. Carlo encarnaba su vida de fe, la vivía cotidianamente, se percibía”.

Carlo “estaba asombrado de cómo hoy se pueden hacer filas kilométricas para ver a un cantante de rock, a un actor, o un partido de fútbol, y luego, delante del sagrario, no hay esas multitudes”. El papa Francisco decidió beatificarlo el 10 de octubre de 2020.

Con claridad Carlo explicaba: “Del mismo modo que nosotros nos alimentamos porque nuestro cuerpo necesita nutrientes, nuestra alma necesita a Dios porque fue creada por Dios”.

“Carlo decía que sabemos que, para nosotros, cristianos, amar a Dios, amar al prójimo, amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo, es decir, el mandamiento del amor, es el mandamiento más importante para alcanzar la santidad, para parecerse cada vez más a Jesús. Carlo decía que cada minuto que pasa es un minuto menos que tenemos para santificarnos, que la vida es un regalo, un regalo para santificarse, para merecer la santidad eterna”.

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