Santa María Magdalena: historia, enseñanzas y oraciones

Santa María Magdalena, discípula cercana de Jesús, quien la eligió para ser testigo de su Resurrección, incluso antes que los apóstoles. La ‘Magdalena’ acompañó a Jesús incluso hasta el Calvario y estuvo de pie frente a su cuerpo yacente. Ella recibió el encargo de testimoniar lo que sus ojos habían visto: la victoria definitiva del Maestro sobre la muerte.

Fue originaria de Magdala, una población situada en la orilla occidental del lago de Genesaret (mar de Galilea), razón por la que recibió el apelativo de “Magdalena”.

Ese llamado particular de su discipulado tras la Resurrección hace de Santa María Magdalena un modelo para todo aquel que está llamado a evangelizar. Ella encarna la figura del que anuncia el mensaje gozoso de la Pascua: hay, para todos, una nueva vida en Cristo.

El Evangelio está lleno de referencias a María Magdalena: como la pecadora perdonada (Lc 7, 37-50); como una de las mujeres que seguían al Señor (Jn 20, 10-18); como María de Betania, la hermana de Lázaro (Lc. 10, 38-42). La liturgia romana identifica a las tres mujeres con el nombre de María Magdalena, siguiendo la tradición que viene desde los tiempos de San Gregorio Magno (siglo VI).

En la mañana del Domingo de Resurrección, fue la primera que vio a Cristo resucitado, en cuerpo glorioso. En consecuencia, la Iglesia reconoce desde siempre la importancia que tuvo ella en la vida del Salvador y en la experiencia de la primera comunidad cristiana, tal y como queda en evidencia en las narraciones del Evangelio.

Siempre que se vuelve sobre la vida de esta santa es inevitable el encuentro con el misterio de la misericordia infinita de Dios. Ella, antes de conocer a Jesús, había hecho de su vida extravío y perdición -María llevaba el alma herida, y no sabía siquiera de su propio valor como persona-.

Tras conocer al Señor sucede todo lo contrario. Él le revela el sentido último de su existencia y la grandeza de su dignidad. Por eso, la conversión de María Magdalena es ejemplo del poder transformador del perdón y la gracia, capaces de brindar una ‘nueva vida’, libre del poder del pecado y sus terribles consecuencias. El perdón divino tiene el poder de reconstruir lo que estaba roto, y permite el nacimiento de un ‘hombre nuevo’, de una nueva persona, que vive y anuncia el Amor.

Cada 22 de julio la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa María Magdalena: “La historia de María de Magdala recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él, y le ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo de la potencia de su amor misericordioso, que es más fuerte que el pecado y la muerte”.

Santa Maria Madalena – Foto: Daniela Silva

Oración a María Magdalena

Señor, Dios nuestro, Cristo, tu unigénito, confió, antes que a nadie,
a María Magdalena la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual;
concédenos a nosotros, por la intercesión y el ejemplo de aquella cuya fiesta celebramos,
anunciar siempre a Cristo resucitado
y verle un día glorioso en el reino de los cielos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Oración de Protección a María Magdalena

Acuérdate, Bienaventurada Santa María Magdalena, que ninguno de los que han acudido implorando tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado.

Animado con esta confianza, a ti acudo, Santa María Magdalena. Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo confiado a comparecer ante tu presencia intercesora.

No deseches mis humildes súplicas, antes bien inclina a ellas tus oídos y auxíliame favorablemente en lo que te pido y necesito, ante Dios Padre. Amén.

Oración de sanación a María Magdalena

Hermosa María Magdalena, mujer de la alegría en la Resurrección, misionera de la Pascua, ayúdanos a sanar nuestras llagas.
Mujer valiente, mujer de oración, enséñanos el camino de nuestra resurrección.

Hermana mía, haz que nos liberemos de nuestros miedos para escuchar la Voz del Maestro y acurrucarnos a Su lado.

María Magdalena, amiga de Jesús y María, signo de hermana y familia, guíanos para que luchemos en el amor y el consuelo por aquellos que el Señor nos dio como hermanos, para lograr la unidad y la Gracia en toda familia.
Amén

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