La musicoterapia consiste en usar las respuestas y conexiones de una persona con la música para estimular cambios positivos en su estado de ánimo y su bienestar general. La terapia musical puede incluir crear música con instrumentos de todo tipo, cantar, moverse con la música o simplemente escucharla.
La música tiene efectos poderosos sobre la mente. Los diferentes estilos de música pueden tener un efecto importante en el estado de ánimo de una persona muy rápidamente, y pueden ayudarle a experimentar y procesar una amplia variedad de emociones, desde felicidad hasta entusiasmo, al igual que tristeza, tranquilidad y contemplación.
Hacer música también puede ser tan beneficioso como escuchar música, y la musicoterapia motiva a cada persona a crear la música que consideren útil para ella.
Puede ayudar a mejorar la confianza en uno mismo, la comunicación, la independencia, la autoconciencia y la conciencia de los demás y la capacidad de concentración y atención.
La interacción musical entre una persona y su terapeuta es importante durante la terapia musical.
La improvisación también pueden ser una parte clave de la terapia musical. Esto consiste en hacer música en el momento, respondiendo a un estado de ánimo o a un tema, como hacer el sonido de una tormenta usando tambores y un palo de lluvia.
La forma en la que la música afecta el cerebro es muy compleja. Todos los aspectos de la música; incluyendo el tono, el tiempo y la melodía, se procesan por diferentes zonas del cerebro.
El cerebelo procesa el ritmo, los lóbulos frontales decodifican las señales emocionales creadas por la música, y una parte pequeña del lóbulo temporal derecho ayuda a comprender el tono.
El centro de recompensas del cerebro, llamado núcleo accumbens, hasta puede producir señales físicas fuertes de placer, como escalofríos, cuando escucha música poderosa.
La musicoterapia puede usar estas reacciones físicas profundas que el cuerpo tiene frente a la música para ayudar a las personas con problemas de salud mental.
El uso de la música para terapia y curación data de la Antigua Grecia. En la edad Moderna, la referencia más antigua a la terapia musical viene de un artículo de 1789 titulado “Consideración física de la música”.
Los años 1800 vieron el crecimiento de la investigación médica sobre la capacidad terapéutica de la música, y desde 1940, las universidades empezaron a ofrecer programas de terapia musical.
La terapia musical no depende de la comunicación verbal, así que puede ser mejor para las personas que tienen problemas para comunicarse verbalmente.
Además, los profesionales de la salud mental pueden llevar la musicoterapia directamente a una persona, si esta no puede levantarse de la cama o ir al consultorio del terapeuta, por ejemplo. Disfrutar la terapia musical en casa también puede beneficiar a los niños que desean estar en un entorno familiar durante sus sesiones.
Las habilidades que una persona aprende en la terapia musical también pueden ser útiles en su vida diaria. Incluso pueden aprender a tocar un instrumento, que pueden usar como herramienta para mejorar su salud mental y enfrentar las situaciones difíciles en su vida.
Por ejemplo, aprender y practicar una pieza musical puede mejorar las habilidades de la memoria, la coordinación, la lectura, la comprensión y las habilidades matemáticas, y también puede cultivar la responsabilidad y la perseverancia.
Aunque la autoexpresión es parte de la terapia de conversación, la terapia musical permite que las personas se expresen de manera creativa, que puede ser una forma más agradable de explorar emociones difíciles.
El análisis de la letra de las canciones es otra forma accesible para que las personas exploren y procesen emociones, experiencias o recuerdos difíciles a través de la música.
Algunos de los beneficios documentados de la musicoterapia incluyen:
-mejor autoestima
-menor ansiedad
-mayor motivación
-liberación emocional exitosa y segura
-mayor verbalización
-conexiones más fuertes con otras personas
Muchos estudios sugieren que la terapia musical puede reducir los sentimientos de ansiedad, incluso en personas con cáncer, aquellas que se someten a cirugía, y personas que están en cuidado intensivo. Algunos estudios también sugieren que la música puede reducir la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, lo que puede tener un efecto directo en el estrés que sienten las personas.
También existe evidencia que sugiere que las personas que se someten a la terapia musical experimentan menor ansiedad inmediatamente después de la sesión, lo que indica que la terapia musical podría ser una manera conveniente para reducir los síntomas inmediatamente.
La música afecta la cantidad de hormonas del estrés, como la adrenalina y el cortisol, que libera el cuerpo, y reducir estas hormonas puede ayudar a aliviar los síntomas de ansiedad.
Musicoterapia contra la depresión
Los estudios sugieren que la terapia musical puede mejorar los síntomas de la depresión, demostrando que las personas que se someten a la terapia musical junto con tratamientos estándar para la depresión, como una terapia de conversación, mejoran más que las personas que solo reciben la terapia estándar.
Escuchar música también puede liberar dopamina, una hormona que hace que las personas se sientan bien, y endorfinas, que son hormonas que pueden inducir un buen estado de ánimo y aliviar el dolor.
Aunque la terapia musical no es una cura para la depresión, puede ofrecer beneficios a corto plazo al mejorar el estado de ánimo y estimular la expresión propia.
Musicoterapia en niños
Algunos de los beneficios de la musicoterapia en los niños incluyen:
-ofrecer formas divertidas para expresar los sentimientos y pensamientos
-practicar interacción social y comunicación
-estimular juegos creativos
-mejorar la concentración y coordinación
-aumentar la autoconciencia
-aumentar la conciencia de otras personas, particularmente en sesiones musicales en grupo
-desarrollar la autoestima y resiliencia
-desarrollar habilidades lingüísticas y auditivas
-fortalecer las relaciones familiares.