Cada 25 de diciembre, Sathya Sai Baba celebraba la Navidad en su ashram del sur de la India, explicando a personas de todas las naciones y religiones las enseñanzas que 2000 años atrás Jesús trajo al mundo.
Compartimos algunas de estas perlas de sabiduría que Sai Baba dejó a lo largo de distintos discursos:
“La gente habla del sacrificio de Cristo según se evidencia por su crucifixión. Pongamos atención al sacrificio que Jesús hizo por su propia voluntad mientras estaba libre. Él sacrificó felicidad, prosperidad, bienestar, seguridad y posición, enfrentó la hostilidad de los poderosos, rehusó ceder o transigir y renunció al ego, lo cual es muy difícil de lograr. Venérenlo por esto».
«La Navidad debe ser celebrada sacrificando por lo menos uno o dos deseos y sometiendo al menos los más nocivos impulsos del ego«.
«Jesús enseñó sencillas y prácticas lecciones sobre elevación espiritual para el bien de la humanidad; Él manifestó poderes divinos para infundir fe en la validez de sus enseñanzas y señaló el camino que puede conferir a los hombres el dulce néctar de la bienaventuranza. Además, exhortó a la gente, por medio del precepto y el ejemplo, a cultivar las virtudes de caridad, compasión, paciencia, amor y fe. Éstas no son cualidades separadas y diferentes, sólo son las diversas facetas de la Divinidad en el hombre, que éste tiene que reconocer y desarrollar».
«Es apropiado celebrar el natalicio de Jesús, quien sintió la necesidad de salvar a la humanidad y luchó por lograrlo, pero la celebración debe consistir en adherirse a sus enseñanzas, ser leal a los principios, practicar las disciplinas y experimentar la conciencia de la Divinidad que él buscó despertar».
(Extractos del discurso de Sathya Sai Baba del 24 de Diciembre de 1972)
«En esa época, los sacerdotes de Jerusalén se habían vuelto corruptos y venales. Habían degenerado en hombres soberbios y egoístas. Jesús los condenó y trató de arrancar de raíz las costumbres perniciosas. Puesto que a sus ojos todas las formas eran divinas, él no podía tolerar ninguna acción que contradijera esa postura. Así, cuando la gente le preguntaba quién era, él tenía la convicción para responder: «Yo y mi Padre somos uno». Jesús trató de enseñar a cada uno la paternidad de Dios y la hermandad del hombre. Hombres tradicionalistas y llenos de egoísmo consideraron a Jesús un falso profeta y emplearon todos los medios para impedir su misión. Sin embargo, él no vaciló y, enfrentando toda oposición, continuó siendo ejemplo de verdad viviente y purificando a la sociedad».
«Muchos discípulos lo siguieron, pero a lo largo de la historia, como ha ocurrido con Rama, Krishna, Jesús y Mahoma, esos discípulos, pese a su cercanía, raramente se han consagrado por completo. La mayoría sólo son devotos a medias. Jesús tuvo doce discípulos, de los cuales la mayoría tuvieron fe en él y vivieron sus enseñanzas, pero Judas cedió a la codicia. Traicionó a su maestro por treinta monedas. No tuvo ya alegría en la vida después de este acto, su mente le negó la paz y tuvo que buscar refugio en el suicidio. La traición de gente que simula adorar ha ocurrido en todas las épocas. Gente corrupta, egoísta y ambiciosa esparce falsedades acerca de sus propios maestros. Oímos de Judas desde hace 2000 años. Pero en la era de Kali [N. del E.: la era contemporánea] la gente está obsesionada por el dinero y los Judas se han multiplicado. Anhelan acumular mezquinas riquezas, cuando en realidad el buen carácter, la conducta recta y el conocimiento de Dios son los tres verdaderos tesoros que deben ser reunidos. Tierras y edificios, oro y plata, dólares y otras divisas son temporales y triviales. Constituyen posesiones sólo mientras dura la vida, pero aquellos tres tesoros persistirán, los sostendrán y los fortalecerán a ustedes hasta que alcancen la unión con el infinito.
«El hombre es perito en astronomía; sabe todo acerca de la Tierra, está enterado de todo lo que pasa en América, Rusia e Inglaterra, pero no sabe quién es él, y por eso, todos los demás conocimientos no lo hacen sabio. Está ansioso por reunir información acerca de todo, pero nunca se pregunta: «¿Quién soy yo?», no obstante que usa libremente y casi siempre las palabras «yo» y «mío». Ustedes son el labriego; el cuerpo es el campo. Siembren la semilla del bien y recogerán la cosecha de la felicidad; siembren la semilla del mal y cosecharán dolor (…) Sobre todo, no se aferren a este transitorio mundo objetivo; está lleno de aflicción y cambios; cultiven desapego, ecuanimidad, autocontrol y amor. Adquieran el conocimiento acerca de los niveles superiores de conciencia y los planos más elevados de existencia. El conocimiento conduce a la habilidad. De la habilidad en el empleo de tal conocimiento, uno consigue equilibrio».
«Deben reconocer que esta vida es una etapa en el largo peregrinaje (…) Cuando se vuelvan infinito amor omnímodo, lo Divino se manifestará en ustedes, a través de ustedes. Traten de ser como Jesús».
«Jesús era una persona cuya sola alegría estribaba en esparcir Amor Divino, ofrecer Amor Divino, recibir Amor Divino y vivir en el Amor Divino».
«Hoy es el día del nacimiento de Jesús, celebrado entre las nevadas de diciembre, con luces, arbolitos y oraciones. Pero es inútil rezar sólo un día y olvidar a Dios el resto del año. Ése es un espectáculo frívolo; no emana del corazón. Somos verdaderos cristianos únicamente cuando vivimos de acuerdo con las enseñanzas de Cristo y las practicamos en nuestra vida diaria. Con que observáramos siquiera dos de sus enseñanzas bastaría».
«Cuando él estaba en la cruz vencido por la agonía, una voz surgida de lo invisible dijo desde los cielos: «La muerte es el vestido de la vida». El cuerpo es el vestido que usa el Espíritu Divino. Por consiguiente, no debemos llorar cuando el cuerpo se desecha, declina o se daña. La muerte es un incidente, ésa es la naturaleza verdadera del cuerpo. Los hombres buscan la causa de la muerte; nadie, empero, busca el origen de la vida. Durante el breve espacio de la vida, dedíquense a la glorificación de Dios y a efectuar la obra de Dios».
«Dios ha encarnado en forma humana para inspirar a los hombres a seguir ideales superiores, no sólo en la India sino también en otros países. Los hombres pueden tener lenguas y estilos de vida diferentes, pero Dios es uno y está en todas partes. Todas las religiones hablan de Él como amor y como alcanzable por medio del amor. Las formas de adorar a Dios difieren porque están modeladas por el tiempo y el lugar, pero el amor es el contenido básico de todas las formas. Todos los corazones hablan y entienden el lenguaje del corazón. Realmente, sólo hay una raza y ésta es la raza humana. Ahora consideramos esenciales las mezquinas distinciones de nacionalidad, raza, religión y lenguaje y retenemos el amor que debe fluir desde nuestro corazón hacia cada uno. Tales fueron la vida y el mensaje de Jesús. Foméntenlos en su corazón. Sientan a Jesús como su mensajero enviado por Dios».
«Sólo el amor es capaz de revelar la Divinidad latente en todos. El amor es Dios: vivan en amor. El amor vive dando y perdonando; el ego vive obteniendo y olvidando. El amor es desprendimiento; el egoísmo, desamor. No malgasten su vida aspirando a los estrechos intereses del ego. ¡Amen! ¡Amen! Vuélvanse lo que realmente son: encarnaciones del Amor. No importa cómo los traten los demás o lo que piensen de ustedes; no se aflijan. Sigan a Jesucristo. Amen para su propia evolución y no para lo que otros digan. No imiten a otros; cultiven su propia vida. Ustedes tienen su propio corazón, sus propias opiniones, sus propias ideas, su propia voluntad. ¿Por qué, entonces, imitar? La imitación es humana, dicen; pero la creación es divina. Sigan su sendero elegido. Dejen que su propia experiencia de Dios sea su guía y maestra. No se vayan a la tumba copiando débilmente a otros. No encontrarán a Dios si lo buscan en el mundo externo. Su propio corazón brillante de amor es el amor de Dios. Sigan al maestro. Enfrenten el mal. Luchen hasta el final y terminen el juego«.
«Ustedes no son una persona, sino tres: la que piensan que son, la que otros piensan que son y la que realmente son. Ustedes piensan que son el cuerpo con sus sentidos insaciables, los demás piensan que ustedes son sus personalidades. Lo que realmente son es espíritu divino infinito«.
«El cuerpo es el carro; el espíritu, el caballo. No pongan al carro delante del caballo. La práctica espiritual es el único medio de lograr paz mental. Si todos los autos de los Estados Unidos se pusieran uno detrás de otro, alcanzarían la luna; pero no hay felicidad verdadera allá, no hay paz mental. No cultiven las riquezas, la comodidad o el lujo, sino las virtudes divinas. Entonces serán aptos para recibir la gracia de Dios. ¿Por qué trocar la paz mental permanente por lujos efímeros?»
«Hablen dulcemente; esparzan consuelo con cada mirada suya».
«Alejen de su mente la codicia, el odio y los celos y dediquen sus manos al servicio de la humanidad. Jesús enseñó amor y compasión infinitas. Para resucitar el amor y la compasión, ustedes tienen que matar la envidia y el egoísmo y purificar sus corazones. Ganen la verdadera misericordia de Jesús. Sigan la senda enseñada por él y alcancen la posición que él tiene».
(Extractos del discurso de Sathya Sai Baba del 25 de diciembre de 1979)
«Jesús habría de hacer añicos la oscuridad que había envuelto al mundo y el aura de luz era una señal que anunciaba el acontecimiento. Los maestros llegan en respuesta a la plegaria del hombre, guíanos de la oscuridad hacia la luz.
Este día de Navidad, cuando celebramos el nacimiento de Cristo, decidan llevar una vida de servicio amoroso al débil, al desvalido, al angustiado, al desconsolado. Cultiven la tolerancia y paciencia, caridad y magnanimidad. Atesoren los ideales que Él estableció y practíquenlos en su vida cotidiana. La forma en que actualmente se celebra la Navidad muestra cuanto se han alejado los hombres de estos ideales, ¡cuanta ignominia están acumulando en su nombre! Se reverencia la hora de medianoche; se adora con luces; se pone el árbol de Navidad y después se pasa la noche bailando y tomando. Es un día de felicidad sagrada; ¡pero la felicidad queda reducida a la excitación intoxicante de la embriaguez! La bebida es un hábito tan pernicioso que cuando el hombre toca la botella, queda preso en ella, ¡y no puede escapar! Primero, el hombre bebe vino; después, el vino bebe más vino; y, finalmente ¡el vino se bebe al hombre mismo, que se queda hundido y ahogado en la bebida!»
«Hagan puros sus corazones, santas sus actividades y benéficos sus sentimientos hacia todos. Ésa es la mejor manera de celebrar el nacimiento de Cristo».
(Extractos del discurso de Sathya Sai Baba de Noche Buena de 1972, publicado en el libro Mensajes VIII)
«Cuando iba a ser crucificado, oyó una voz etérea que decía: “Todos son uno, mi amado hijo, se igual con todos”. Cuando la Madre María estaba llorando, Jesús le dijo: “La muerte es el vestido de la vida”. La muerte es como cambiar de vestido. ¿Encuentran a alguien que lleva el mismo vestido cada día? Lo mismo que ustedes cambian de vestido cada día, cambian de cuerpo de nacimiento en nacimiento. Es el cuerpo el que muere, no el principio vital. El espíritu es inmortal y no dual. El realizar la naturaleza no dualista del espíritu es verdadera sabiduría, dijo Jesús. La percepción del uno sin segundo es verdadera sabiduría. Dios es uno sin segundo».
(Extracto del discurso de Sathya Sai Baba de la Navidad de 2001)