El Karma es un concepto muy importante dentro de las filosofías y religiones orientales, como el budismo o hinduismo.
En estas creencias no existe un Dios omnipotente (por eso son no teístas), sino que las leyes provienen de la naturaleza, y cada persona puede o no adherirse a los consejos de la filosofía.
Por eso, el Karma es tan importante. Porque tiene que ver con la manera en la que, con acciones individuales, se forma parte del mundo y de la naturaleza. Básicamente, el Karma es la energía que surge a partir de cada uno de nuestros actos.
Siempre que realizamos acciones en el mundo, generamos energía. Esa energía, indefectiblemente, volverá a nosotros. De cómo sea esa energía depende lo que recibiremos del mundo.
Para entender mejor este concepto, hay 12 leyes que explican qué es el Karma y cómo funciona. Las mismas sirven de guía para saber cómo actuar en esta vida.
Esta es la ley básica del Karma, y a partir de ella surge todo el resto. Resumiendo, se puede decir que significa: lo que haces es lo que recibes.
Todo vuelve, y todas nuestras acciones tienen consecuencias.
2. Creación: creas aquello en lo que te concentras
La misión del ser humano es participar en el mundo. Es decir, tomar todo lo bueno que se presenta, y crear con ello la propia vida.
Nada viene sólo, no existen las cosas que “caen del cielo”. Nosotros somos los creadores de nuestra realidad.
3. Ley de humildad: acepta lo que es, deja ir lo que pasó y oriéntate a lo que será
Si no eres capaz de aceptar, las cosas te seguirán ocurriendo. Si ves en las cosas y las personas a enemigos o elementos negativos, entonces no estás en un nivel superior de existencia.
Cumplir esta ley significa aceptar.
4. Crecimiento: tienes que cambiarte a ti para crecer
No importa cuánto nos movamos, si cambiamos de trabajo, de pareja… El único cambio que nos hace crecer es el interior.
Esta ley nos dice que para crecer en espíritu, tenemos que tomar el control de nuestra propia vida. Si logramos cambiar nuestro interior, nuestro alrededor también cambiará.
5. Ley de responsabilidad: tu vida es el resultado de tus acciones
Lo que nos rodea, es un reflejo de nosotros mismos. Por eso, si las cosas a nuestro alrededor están mal, es porque hay algo mal en nosotros.
Debes asumir la responsabilidad de lo que está presente en tu vida.
6. Conexión: todo está conectado y sirve a un propósito común
En el universo, todo se conecta. Hasta nuestras acciones más insignificantes tienen algo que ver con el mundo.
Se trata del famoso concepto de que el aleteo de una mariposa puede desencadenar un tsunami. Así, nuestros pequeños pasos pueden generar cambios enormes.
7. Enfoque: no puedes enfocarte al mismo tiempo en el bien y en el mal
No puedes prestar atención a dos cosas al mismo tiempo. Si te enfocas en una, dejarás de lado la otra.
Por eso, es importantísimo que enfoques toda tu atención en el bien, y en lo que puede llevarte hacia donde deseas. Todo lo demás son distracciones. Como una brújula, debes señalar siempre el norte de tu vida.
8. Dar: la forma de tratar a los demás revela tus intenciones
Actuar con generosidad y amabilidad con los demás es fundamental para que nuestra vida sea buena. Se trata de vivir en un estado de respeto y compasión hacia los demás.
Pero no sirve para nada decir que se vive en ese estado. El Universo permanentemente te pedirá que lo demuestres, y esa demostración estará en tu trato con los otros seres humanos.
9. Aquí y ahora: lo único que tienes es este momento
Todo aquello que nos ancla al pasado debe ser revisado. Lo único real es el momento que estamos viviendo.
En el aquí y ahora se define también nuestro futuro. Por eso, la única manera de controlar nuestra vida es tener pleno control de nuestro presente, dejando atrás todo lo viejo.
10. Cambio: la vida te da las mismas lecciones hasta que aprendes de ellas
El infortunio tenderá a repetirse una y otra vez, hasta que logres tener el valor y encontrar los medios para cambiar.
Las lecciones no están ahí porque sí: tienen la misión de enseñar. Sólo enfrentando las cosas difíciles y cambiando nuestra realidad podremos salir de ellas.
11. Paciencia y la recompensa: las cosas buenas vienen del trabajo duro, la fe y la determinación
Mayores gratificaciones requieren mayores esfuerzos. Nada bueno viene a nuestra vida sin mucho trabajo y persistencia.
Sólo hay que tener paciencia, y construir aquello que deseamos, y las cosas buenas sucederán cuando deban suceder.
12. Importancia e inspiración: recibirás de la vida lo que pusiste en ella
El valor de las cosas son el resultado directo de la energía que hemos puesto en ellas. Si das todo tu corazón en cada cosa que haces, aún si te equivocas, estarás generando valor en el mundo.
Cuanto más energía y valor le pongamos a cada una de nuestras acciones diarias, mayor será el mérito de nuestros triunfos.
No importa si lo tomas como una creencia, o simplemente como un grupo de ideas. Prueba aplicar algunas de estas leyes, y seguramente notarás una evolución en tu vida.
Fuente: La Bioguía