Los seguidores de la Virgen de Schoenstatt se ponen como meta “la renovación moral y religiosa del mundo entero en el espíritu de Cristo”. Schoenstatt, significa «lugar hermoso», por haberse fundado en un pueblito del mismo nombre, en la pequeña ciudad de Vallendar, en Alemania.
El movimiento de Schoenstatt fue fundado el 18 de octubre de 1914, cuando el Padre José Kentenich, director espiritual de un colegio de seminaristas de los Padres Palotinos en Vallendar sellaron la “Alianza de Amor” con la Virgen María en una pequeña capilla, ahora conocida como el Santuario Original de Schoenstatt.
“Nada sin ti, nada sin nosotros”
La Alianza de Amor con María implica un “Nada sin ti, nada sin nosotros”, lo que significa que quien sella la Alianza se pone a disposición de María para ser su instrumento, llevando renovación a la familia, al trabajo y a la sociedad. Una de las gracias especiales del Santuario de Schoenstatt es la del envío apostólico, la que invita a llevar las gracias de María al mundo.
Madre
El nombre “Madre tres veces Admirable” (en latín Mater ter Admirabilis, y abreviado MTA), proviene de Ingolstadt, al sur de Alemania. En el siglo XVI, época de la reforma protestante, los miembros de la Congregación Mariana de Ingolstadt habían actuado activamente y con gran fecundidad en la defensa y propagación de la fe católica. En esa Congregación veneraban a María como “Mater ter Admirabilis”. En la época de la fundación de Schoenstatt, los jóvenes que habían sellado la Alianza de Amor, querían ser para su tiempo lo que aquellos congregantes marianos de Ingolstadt habían sido para el suyo, por eso quisieron tomar el nombre de su advocación y venerar a María como “Madre tres veces Admirable de Schoenstatt”.
Reina
Surgió en las filas de Schoenstatt una corriente de coronación: reconocer que María, en la Alianza de Amor, no sólo es Madre, sino que también tiene poder de Reina y, como tal, puede contar –más allá de nuestro desvalimiento humano– con nuestra fidelidad de aliados e instrumentos suyos, también en las circunstancias más difíciles.
Victoriosa
María, como nuestra Reina, a quien nos entregamos como aliados e instrumentos, se manifiesta en nuestra vida como la gran victoriosa que vence todos los poderes del mal y nos intercede las gracias que necesitamos para llegar a la plenitud de hijos de Dios. De allí surge la advocación completa: Madre, Reina y Victoriosa tres veces Admirable de Schoenstatt.
ORACIONES
Confianza
En tu poder y en tu bondad fundo mi vida,
en ellos espero confiando como niño.
Madre Admirable, en ti y en tu Hijo,
en toda circunstancia,
creo y confío ciegamente.
Amén
Ofrenda personal
¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco todo a ti y, en prueba de mi filial afecto, te consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón, en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo tuyo, oh, Madre de bondad, guárdame, defiéndeme y utilízame como instrumento y posesión tuya.
Amén.
Gracias por Todo
Gracias por todo, Madre
todo te lo agradezco de corazón,
y quiero atarme a ti con un amor entrañable.
¡Qué hubiese sido de nosotros sin ti,
sin tu cuidado maternal!
Gracias porque nos salvaste en grandes necesidades;
Gracias porque con amor fiel nos encadenaste a ti.
Quiero ofrecerte eterna gratitud y consagrarme a ti con indiviso amor.
Amén
Especialmente se realizan cuando se recibe la visita de la Virgen.
1er. día de visita:
Querida Madre y Reina, tú estás aquí, tú eres la puerta
de entrada al corazón de Jesús… Quiero entrar contigo
en el corazón de tu Hijo y de Dios Padre.
¡Qué regalo que nos visites! Todo hijo se alegra cuando
su madre lo visita. Por eso nos alegra que estés hoy con
nosotros y te agradecemos por este encuentro de
corazones.
Regálanos la gracia del cobijamiento que tanto
necesitamos en este tiempo de aislamiento.
Queremos poner nuestras alegrías y sufrimientos en tus
manos maternales. Sabemos que todo lo que pasa en
nuestra familia es importante para ti, por eso acógenos
con ternura y amor, para que, como familia, vivamos
muy unidos a ti estos días especiales.
Amén
Se puede rezar un Rosario, un Misterio o tres Ave
Marías.
Propósito:
Haré una demostración de amor a algún miembro de mi
familia.
2do. día de visita:
Querida Madre y Reina, tú estás aquí, tú has llegado a nuestra casa,
a través de “otra puerta” porque no quieres dejar de entrar y de
regalarnos la vivencia de un mes de María muy especial.
Tu vienes para compartir nuestra vida y entregarnos el tesoro más
grande que guardas en tu corazón, tu Hijo. Por eso nos alegra que
estés hoy con nosotros y te agradecemos por este encuentro de
corazones.
Regálanos la gracia de la transformación interior que tanto
necesitamos para la vivencia en común.
Cuando consideramos nuestras propias fuerzas, toda esperanza y
confianza flaquean; Por eso Madre a ti extendemos nuestras manos
e imploramos abundantes dones de tu amor.
Amén
Se puede rezar un Rosario, un Misterio o tres Ave Marías.
Propósito:
Me esforzaré por mejorar aquel punto de mi personalidad que a
veces causa dolor a otros para transformarlo (por ejemplo, el mal genio, la flojera, el
espíritu negativo, las malas palabras, etc.)
3er día de visita:
Querida María; hoy estás en nuestra casa y quieres hacer aquí
milagros de gracia, uno tras otro. Queremos alegrarnos por la
diversidad de personalidades, que podamos ser hombres y mujeres
que recibamos al otro con respeto.
Queremos entregarte nuestro corazón y que Tú nos entregues el
tuyo para que irradiemos una atmósfera de cielo en nuestro hogar.
Regálanos la gracia del envío apostólico para poder compartir con
solidaridad nuestros dones.
“Aseméjanos a ti, y enséñanos a caminar por la vida tal como tú lo
hiciste, fuerte y digna, sencilla y bondadosa repartiendo amor, paz y
alegría. En nosotros recorre nuestro tiempo preparándolo para
Cristo Jesús.”
Amén
Se puede rezar un Rosario, un Misterio o tres Ave Marías.
Propósito:
Escogeré a una persona de mi familia y compartiré una
responsabilidad en casa juntos.