El mes de diciembre sirve como un excelente motivo para cerrar ciclos, algo que deberíamos hacer cada cierto tiempo para avanzar en el camino de nuestra evolución espiritual. Por eso, puedes aprovechar estas fechas en las que termina un año más para practicar una meditación para cerrar ciclos.
La idea de cerrar ciclos representa el final de una situación que hemos estado viviendo y que todavía repercute en nuestro presente, limitando nuestra libertad y paz interior. Se trata de una forma de hacer consciente el hecho de que algo ha llegado a su final y que podemos liberarnos de sus consecuencias de una vez por todas.
Cerrar ciclos implica múltiples procesos que incluyen el perdón, la gratitud, el amor y la observación atenta de nuestros patrones de conducta que pueden relacionarse con aquello que se quiere dejar atrás.
El primer paso para esta meditación es que te sientes en una postura cómoda que puedas mantener durante varios minutos y sientas el ritmo de tu respiración sin modificarlo, simplemente sentirlo. Después, sigue con estos pasos:
- Trae a tu mente consciente aquel suceso que quieres finalizar. Recuérdalo y siente sin juzgarte las emociones que éste pueda provocar en ti. Pregúntate qué dejó en ti ese suceso, repasa las emociones e identifícalas.
- Sólo observa. No te enganches en las emociones que puedas reconocer.
- Después de unos minutos de recordar el ciclo que quieres cerrar, profundiza en tu respiración mientras sientes que las emociones que sentías en aquel momento (y que pueden volver al recordarlo) salen poco a poco de tu cuerpo al ritmo de tu respiración.
- Ahora, deja que las emociones que te provoca este recuerdo se queden en el suelo sobre el cual reside tu cuerpo. Sé consciente junto con tu respiración del peso de tu cuerpo sobre el suelo. Siente tu peso y abandona en el piso las emociones que puedas sentir.
- Cuando tu mente esté más despejada y tranquila, acércate al agradecimiento. De igual forma, hazlo junto con tu respiración. Abandona el resentimiento, la tristeza, el dolor y la culpa. Cambia estas sensaciones por agradecimiento y esperanza.
- Cada vez que inhales piensa en agradecer el presente, y cada vez que exhales piensa en abandonar en el piso las emociones que te han hecho daño. Incluso, agradece a las personas que puedan estar relacionadas con el evento que quieres cerrar en ese momento. Todo fue como tenía que ser, recuérdalo y simplemente agradece y sé consciente de que ese momento ya terminó.
- Por último, visualiza una puerta frente a ti y coloca sobre ella un letrero que diga “Ayer”. Ahora visualiza cómo cierras esa puerta y te despides de todo lo que se encontraba dentro de ella. Siente la calma de poder dejar el pasado atrás.
- Visualiza otra puerta. Esta vez una puerta que sea luminosa y tenga un letrero que diga “Hoy”. Imagina que abres la puerta y entras en ella. Siente el abanico de nuevas posibilidades que existen en ti.
- Siente toda la luz y el amor que hay en ti. Ahora, poco a poco recupera la atención sobre tu respiración y empieza a mover el cuerpo. Abre los ojos cuando estés listo y concluye tu meditación agradeciéndote a ti mismo el tiempo que te has tomado para cerrar ciclos.
Fuente: Harmonia.la
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