Oraciones a San Luis de Francia
Glorioso san Luis de Francia,
hijo de reyes ejemplares y piadosos
que supieron llenar tu alma de pureza y piedad
y te educaron para reinar en la tierra con amor y justicia
y sobre todo y ante todo, para alabar y servir a Dios.
Dotado de grandes virtudes y noble corazón
fuiste desde niño fiel seguidor del Señor
y viviendo entre los lujos y riquezas de la corte
nunca te alejaste de la santidad y moral cristiana,
poniendo todo tu empeño y vida al servicio de los demás.
Admirable san Luis de Francia
que con oración penitencia y sacrificio
y siempre entregado a hacer el bien
solo quisiste la felicidad y bienestar de tus súbditos,
buscando la paz, el entendimiento y la armonía
entre los más adinerados y los más pobres,
entre los más afortunados y los más desdichados
administrando la justicia sin importar clase y condición,
mediando para evitar abusos y discriminaciones
atendiendo personalmente a los pobres,
desamparados, enfermos y abandonados,
resolviendo sus desgracias, infortunios y adversidades,
hoy acudo a ti para implorar tu caridad y generosidad,
tú que fuiste padre afectuoso de tu pueblo
y sembraste la paz y la justicia entre todos ellos,
intercede ante el Padre misericordioso
para que me ayude en mis preocupaciones y conflictos,
y me conceda lo necesario para solucionar
esto que tanto me atormenta y aflige:
(pedir con gran esperanza lo que se quiere conseguir)
Venerable san Luis ayúdame en mis serias dificultades,
haz que pueda salir airoso en mis problemas judiciales,
aleja la miseria, la ruina y las carencias de mi vida,
dame la tranquilidad y sosiego que tanto preciso
para que en mi hogar haya paz, dicha y bienestar;
rey Santo, tú que sentiste tanto amor por nuestro Señor,
que con fe y heroísmo dirigiste las Cruzadas
para rescatar los santos lugares en Jerusalén,
enséñame a seguir tu ejemplo de entrega, fe y caridad
y haz que cada día ame más a Jesucristo,
a quien por tu mediación, oh santo protector,
espero ver y amar eternamente en la Patria Celestial.
Amén.
Rezar tres Padrenuestros, tres Avemarías y tres Glorias.
Oración a San Luis
Dios, Padre Nuestro,
Te damos gracias por las maravillas que has realizado a través de tu
siervo San Luis. El consagró su vida al servicio de tu Reino siguiendo el
ejemplo de San Francisco de Asís. Por esta razón, él fue escogido, junto
a Santa Isabel de Hungría, como patrón de la Orden Franciscana Seglar.
Pedimos a San Luis por su cercanía con cada uno de los hermanos y
hermanas de nuestra Orden y de toda la Familia Franciscana.
San Luis,
Tu, que consideraste tu bautismo como el regalo más grande que hayas
recibido, reaviva en nosotros la gracia de nuestro propio bautismo y de
nuestra profesión en la Orden Franciscana Seglar.
Tu, que meditaste sobre la Palabra de Dios cada día, ayúdanos a vivir el
Evangelio conformando nuestras vidas a la vida de Jesús, pobre y
crucificado, y a ofrecer nuestras vidas en amor por nuestros hermanos y
hermanas.
Tu, que comprendiste en tu juventud los horrores del pecado, ayuda a los
jóvenes de la Juventud Franciscana a crecer en rectitud de corazón y en
fidelidad a su baptismo..
Tu, que fuiste un esposo y padre amante, ayuda a nuestras familias a ser
levadura de unidad y paz en nuestro mundo.
Tu, que serviste a los pobres, en su búsqueda de justicia y paz, abre
nuestros corazones a las abrumadoras necesidades de tantos de
nuestros hermanos y hermanas que sufren, y danos el coraje para
comprometernos con valentía a decir “si” a la vida y a la familia.
Tu, que te aventuraste valientemente en tierras extranjeras a ser testigo
de tu fe en Cristo el Señor, condúcenos a través del camino de la nueva
evangelización.
Señor
A través del ejemplo y la intercesión de San Luis, concédenos que
podamos tomar todas nuestras decisiones yendo del Evangelio a la vida y
de la vida al Evangelio, teniendo la vida del cielo en nuestra visión.
Amen.
Cada 25 de agosto se recuerda a San Luis de Francia (1214-1270), el rey Luis IX, conocido también como Ludovico, quien se distinguió por su espíritu de penitencia y oración, y por su generosidad con los pobres y los débiles.
San Luis fue un gobernante sabio, justo y prudente. Entre sus aciertos está el haber eliminado las ordalías -institución que pretendía administrar justicia, pero sobre la base de supercherías- y promovido el principio de presunción de inocencia en los juicios.
La corona de espinas
Balduino II (1060-1131), último emperador latino de Constantinopla, se había visto obligado a vender la «Corona de Espinas» -la que según la tradición fue colocada en la cabeza de Jesús por la soldadesca romana antes de su crucifixión-, considerada una de las posesiones más célebres de monarca de origen francés.
La reliquia pasó por distintas manos hasta que fue recuperada por Luis IX. El santo, entonces, como expresión de su amor y devoción mandó derribar la capilla de San Nicolás y construyó en su lugar la Sainte Chapelle (Santa Capilla) en París para preservar allí esta y otras reliquias cargadas de simbolismo para los católicos, hoy patrimonio de toda la Iglesia.
La piedad y nobleza de San Luis de Francia lo llevó a integrar la Orden Terciaria Franciscana y la Orden Trinitaria. Entre los monasterios más famosos que mandó edificar en su intento por fortalecer a las órdenes religiosas estuvo el de Royaumont, así como el convento de Maubuisson (con ayuda de su madre). Para el servicio de sus súbditos construyó el hospital de ciegos Quinze-Vingts (Los Trescientos).
San Luis de Francia participó en dos cruzadas, decidido a recuperar el Santo Sepulcro y frenar las invasiones árabes en Tierra Santa, pero que terminaron en sendos fracasos. Sin embargo, por su compromiso y lealtad con la causa fue considerado como uno de los caballeros más valientes de la época.
En la primera cruzada cayó prisionero en Egipto, pero fue liberado. Como no se pudo lograr el objetivo de recuperar los lugares santos, el rey colaboró en la organización de una segunda cruzada, durante la cual enfermó de disentería cerca de Cartago (norte de África, hoy Túnez) y murió.
San Luis IX falleció el 25 de agosto de 1270, un día después de haber recibido los últimos sacramentos. Tenía 55 años. Sus restos fueron trasladados a Francia y depositados en la iglesia de Saint-Denis, donde permanecieron a salvo hasta que fueron profanados en los días de la Revolución Francesa. Luis de Francia fue canonizado en 1297.
San Luis de Francia ha prestado su nombre a ciudades y accidentes geográficos como pocos santos. Es llamativa la toponimia asociada a él.
En América: la ciudad y provincia de San Luis, y San Luis del Palmar en la provincia de Corrientes, Argentina; San Luis del Marañón en Brasil; el lago Saint Louis en Canadá; los dos municipios de San Luis en Cuba; San Luis Talpa, en el Departamento de La Paz, El Salvador; la ciudad de San Luis en el estado de Misuri, Estados Unidos; la ciudad y el estado de San Luis Potosí en México; las ciudades mexicanas de San Luis de la Paz, San Luis Coyotzingo, San Luis Anáhuac y San Luis Acatlán.
Además, abundan las instituciones educativas, los equipos deportivos y las Iglesias o parroquias que llevan el nombre del rey santo.