1. La medalla tiene gran poder de exorcismo
La medalla de San Benito es un sacramental reconocido por la Iglesia con un gran poder de exorcismo.
2. La medalla muestra a San Benito sosteniendo una cruz y el libro de sus reglas
A ambos lados del santo se lee: «Crux Sancti Patris Benedicti» (Cruz del Santo Padre Benito). Se puede ver también una copa de la cual salen una víbora y un cuervo. De manera circular aparece la oración: «Eius in obitu nro. praesentia muniamur» (A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia). En la parte inferior central se lee: «Ex. S. M. Cassino MDCCCLXXX» (Del Santo Monte Cassino 1880).
3. Las siglas de la medalla en el reverso y su significado
C.S.P.B. «Cruz del Santo Padre Benito».
C.S.S.M.L. «La santa Cruz sea mi luz» (crucero vertical de la cruz).
N.D.S.M.D. «Que el dragón infernal no sea mi guía» (crucero horizontal).
En círculo, comenzando arriba hacia la derecha:
PAX «Paz».
V.R.S. «Retrocede, Satanás».
N.S.M.V. «No me aconsejes cosas vanas».
S.M.Q.L. «Es malo lo que me ofreces»
I.V.B. «Traga tú mismo tu veneno».
4. La medalla debe ser bendecida por un sacerdote con esta oración especial
-Nuestra ayuda nos viene del Señor.
-Que hizo el cielo y la tierra.
-Te ordeno, espíritu del mal, que abandones esta medalla, en el nombre de Dios Padre Omnipotente, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos se contiene. Que desaparezcan y se alejen de esta medalla toda la fuerza del adversario, todo el poder del diablo, todos los ataques e ilusiones de satanás, a fin de que todos los que la usaren gocen de la salud de alma y cuerpo. En el nombre del Padre Omnipotente y de su Hijo, nuestro Señor, y del Espíritu Santo Paráclito, y por la caridad de Jesucristo, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y al mundo por el fuego.
Bendición
-Señor, escucha mi oración.
-Y llegue a Ti mi clamor.
– Oremos:
Dios omnipotente, dador de todos los bienes, te suplicamos humildemente que por la intercesión de nuestro Padre San Benito, infundas tu bendición sobre esta sagrada medalla, a fin de que quien la lleve, dedicándose a las buenas obras, merezca conseguir la salud del alma y del cuerpo, la gracia de la santificación, y todas la indulgencias que se nos otorgan, y que por la ayuda de tu misericordia se esfuerce en evitar las asechanzas y engaños del diablo, y merezca aparecer santo y limpio en tu presencia.
Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. Amén.
5. El origen de la medalla es incierto
En el siglo XVII, durante un juicio de brujería en Alemania, unas mujeres acusadas testificaron que no tenían poder sobre la Abadía de Metten porque estaba bajo la protección de la cruz. Cuando se investigó, se hallaron en las paredes del recinto varias cruces pintadas rodeadas por las letras que se encuentran ahora en las medallas. Más adelante, se encontró un pergamino con la imagen de San Benito y las frases completas que sirvieron para escribir esas abreviaturas.
6. Con la medalla se puede obtener indulgencia plenaria
La medalla, como se le conoce ahora, es la del Jubileo de 1880 por los 1400 años del nacimiento del santo. Fue lanzada exclusivamente por el superior abad de la famosa abadía benedictina de Monte Cassino en Italia. Con ella se puede obtener la indulgencia plenaria en la Fiesta de San Benito, que la Iglesia celebra el 11 de julio, siguiendo las condiciones habituales que pide la Iglesia: Confesión sacramental, Comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.
7. Cuando San Benito hacía la señal de la cruz, obtenía una especial protección divina
Cierta vez quisieron envenenar a San Benito. El santo, como era su costumbre, hizo el signo de la cruz sobre el vaso y el objeto se partió en pedazos. En otra ocasión, un pájaro negro empezó a volar a su alrededor para molestarlo. San Benito hizo la señal de la cruz y el ave se alejó. Entonces el demonio lo tentó a través de la imaginación con deseos carnales. Cuando estaba casi vencido, ayudado por la gracia, se quitó las vestiduras y se arrojó a un matorral de espinas y zarzas, lastimando su cuerpo. Después de ello nunca volvió a sufrir una tentación similar.