Por Sathya Sai Baba
Cada uno obtiene la recompensa que merece. Así como sean las acciones, serán los frutos que se obtengan de ellas. Por lo tanto, antes de hacer algo, uno debería considerar si es correcto o incorrecto.
Debería asegurarse de no causar ningún daño a nadie con las acciones propias. Esto no es fácil para alguien que está apegado a los placeres del cuerpo. Todo el pesar se relaciona con el cuerpo y con los deseos mundanos. Ustedes experimentan deseos, en el estado de vigilia. En el estado de sushupthi (sueño profundo), uno es totalmente inconsciente del cuerpo y del mundo material. Por lo tanto, no hay pesar en ese estado.
Confíen fundamentalmente en el poder de lo Divino Mediante la contemplación constante de Dios, la mente ha de ser alejada de los deseos mundanos. Ése es el modo de liberarse tanto del dolor como del placer. El hombre debe despertar del sueño de la ignorancia y tomar conciencia de su esencia divina Sath-Chith-Anandha. Se experimentará la bienaventuranza en la misma medida en que se reduzcan los deseos mundanos.
Simultáneamente con el control de los deseos, los hombres también deberán librarse de Ahamkara (egoísmo).
Hoy los hombres están llenos de temor porque no tienen confianza en sí mismos. Un ave puede afrontar una tormenta porque tiene fe en sus alas. Pero el hombre sucumbe ante el más ligero infortunio porque no confía en el poder del Espíritu. La gente debe confiar fundamentalmente en el poder de lo Divino. Con confianza en el Ser, deben dedicarse a realizar buenas acciones.
Éste es el propósito de la vida. Cada paso que dan debe acercarlos a Dios.
Discurso pronunciado en el Sai Kulwant Mandap, el 30-6-1996.