¿Qué es Ho´oponopono? ¿ En qué consiste esta técnica? ¿Cómo practicarla? – Manual de Ho’oponopono

Ho’oponopono es una original técnica hawaiana de sanación que utliza las palabras «lo siento», «perdóname», «te amo» y «gracias» para liberarse de memorias y patrones mentales negativos. Enterate acá cómo practicarlo:

Significado de Ho´oponopono

Ho’oponopono significa simplemente “acertar el paso” o “corregir el error”. De acuerdo con los antiguos hawaianos, el error proviene de pensamientos contaminados por memorias, dolorosas acontecidas en el pasado. Ho’oponopono ofrece una forma de liberar la energía de esos pensamientos dolorosos, o errores, los cuales causan desequilibrio y enfermedades.

En el desarrollo del proceso Ho’oponopono, Morrnah fue orientada a incluir las tres partes del yo, que son la llave para la Auto-Identidad. Esas tres partes, presentes en cada molécula de la realidad, son llamadas Unihipili (niño / subconsciente), Uhane (madre / consciente) y Aumakua (padre / supraconsciente). Cuando esta “familia interna” se encuentra alineada, y la persona está en sintonía con la Divinidad, llega el equilibrio y la vida comienza a fluir. Así, Ho’oponopono auxilia en la restauración del equilibrio, primero en el individuo y después en toda la creación.

El aspecto principal es que estamos aprendiendo a relacionarnos con nuestra Mente Subconsciente, conocida en la tradición hawaiana como el Unihipilli. Él es responsable de las memorias, él las recibe y almacena, repitiéndolas conforme su programación. Es a él al que debemos aprender a amar, pidiendo perdón por la falta de consideración y comunicación.

Entenderá por qué el intelecto no dispone de los recursos para resolver problemas, él solo puede manejarlos. Y manejar no soluciona los problemas. Al hacer el Ho’oponopono usted pide a Dios, a la Divinidad, que limpie, y purifique el origen de estos problemas, que son los recuerdos, las memorias. Usted así neutraliza la energía que usted asocia a determinada persona, lugar o cosa.

En el proceso esta energía es liberada y transmutada en pura luz por la Divinidad. Y dentro de usted el espacio vaciado es ocupado por la luz de la Divinidad. Por lo que, en el Ho’oponopono no existe la culpa, no es necesario revivir ningún sufrimiento, no importa saber el porqué del problema, de quién es la culpa, ni su origen.

Mientras mantengamos sano nuestro interior, mantendremos sano el mundo que nos rodea!

fuente: dentrodemi.com

Ho´oponopono por Joe Vitale

Hace dos años, escuché hablar de un terapeuta en Hawaii quien curó un pabellón completo de enfermos mentales con historial criminal sin siquiera ver a ninguno de ellos.

El psicólogo estudiaba la ficha del recluso y luego miraba dentro de sí mismo para ver cómo él había creado la enfermedad de esa persona.

En la medida en que él mejoraba, el paciente se mejoraba.

La primera vez que escuché hablar de esta historia, pensé que era una leyenda urbana.

¿Cómo podía cualquiera curar a otro con sólo curarse a sí mismo?

¿Cómo podía aunque fuera el maestro de mayor poder de auto curación curar a un enfermo mental criminal?

No tenía ningún sentido, no era lógico, de modo que descarté esta historia.

Sin embargo, la escuché nuevamente un año después. Escuché que el terapeuta había usado un proceso de sanación Hawaiano llamado «oponopono».

Nunca había oído hablar de ello sin embargo no podía sacarlo de mi mente.

Si la historia era totalmente cierta, yo tenía que saber más.

Siempre había entendido que «total responsabilidad» significaba que yo soy responsable de lo que pienso y hago.

Lo que esté más allá, está fuera de mis manos.

Pienso que la mayor parte de la gente piensa igual sobre la responsabilidad.

Somos responsables de lo que hacemos, no de lo que los otros hacen, pero eso está equivocado.

El terapeuta hawaiano que sanó a esas personas mentalmente enfermas me enseñaría una nueva perspectiva avanzada sobre lo que es la total responsabilidad.

Su nombre es Dr. Lhaleakala Hew Len.

Probablemente hayamos pasado una hora hablando en nuestra primer conversación telefónica.

Le pedí que me contara la historia completa de su trabajo como terapeuta.

Él explicó que había trabajado en el Hospital Estatal de Hawai durante cuatro años.

El pabellón donde encerraban a los locos criminales era peligroso.

Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar allí. La mayor parte de los miembros del personal de allí, caían enfermos o simplemente renunciaban.

La gente que atravesaba ese pabellón simplemente caminaba con sus espaldas contra la pared, temerosos de ser atacados por sus pacientes.

No era un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar.

El Dr. Len me dijo que el nunca vio a los pacientes. Firmó un acuerdo de tener una oficina y revisar sus legajos.

Mientras miraba esos legajos, el trabajaría sobre sí mismo.

Mientras él trabajaba sobre sí mismo, los pacientes comenzaban a curarse .

«Luego de unos pocos meses, a los pacientes que debían estar encadenados se les permitía caminar libremente» me dijo.

«Otros que tenían que estar fuertemente medicados, comenzaban a mermar su medicación. Y aquellos que no tenían jamás, ninguna posibilidad de ser liberados, fueron dados de alta» .

Yo estaba asombrado.

«No solamente eso» continuó, «sino que el personal comenzó a gozar yendo a trabajar.» «El ausentismo y los cambios de personal desaparecieron. Terminamos con mas personal del que necesitábamos porque los pacientes eran liberados y todo el personal venía a trabajar. Hoy ese pabellón está cerrado.»

Aquí es donde yo tuve que hacer la pregunta del millón de dólares:

«¿Qué estuvo haciendo usted con usted mismo que ocasionó que esas personas cambiaran?»

«Yo simplemente estaba sanando la parte de mi que los había creado a ellos», dijo él.

Yo no entendí. El Dr. Len explico que entendía que la total responsabilidad de tu vida implica a todo lo que está en tu vida, simplemente porque está en tu vida, y por ello es tu responsabilidad.

En un sentido literal, todo el mundo es tu creación.

¡Guau! Esto es duro de tragar. Ser responsable por lo que yo hago o digo es una cosa. Ser responsable por lo que cualquiera que esté en mi vida hace o dice es otra muy distinta.

Sin embargo la verdad es ésta: si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces todo lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas de cualquier forma es tu responsabilidad porque está en tu vida.

Esto significa que la actividad terrorista, el presidente, la economía o cualquier cosa que experimentas y no te gusta, esta allí para que tu la sanes .

Ello no existe, por decirlo así, excepto como proyecciones que salen de tu interior.

El problema no está con ellos, esta en ti, y para cambiarlo, debes cambiar tú.

Sé que esto es difícil de captar, mucho menos de aceptar o de vivirlo realmente.

Achacar a otro la culpa es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad , pero mientras hablaba con el Dr. Len, comencé a comprender esa sanación de él y que el ho’oponopono significa amarte a ti mismo.

Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas curar a cualquiera, aun a un criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote tú mismo.

Le pregunté al Dr. Len como se curaba a sí mismo. Qué era lo que él hacía exactamente cuando miraba los legajos de esos pacientes.

«Yo simplemente permanecía diciendo ‘Lo siento’ y ‘Te amo’, una y otra vez» explico él.

«¿Sólo eso?»

«Sólo eso.»

«Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de mejorarte a ti mismo, y mientras tú te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo»

Permíteme darte un rápido ejemplo de como funciona esto: un día, alguien me envía un e-mail que me desequilibra.

En el pasado lo hubiera manejado trabajando sobre mis aspectos emocionales tórridos o tratando de razonar con la persona que envió ese mensaje detestable.

Esta vez yo decidí probar el método el Dr. Len .

Me puse a pronunciar silenciosamente «lo siento» y «te amo».

No lo decía a nadie en particular. Simplemente estaba invocando el espíritu del amor para sanar, dentro de mí lo que estaba creando la circunstancia externa.

En el término de una hora recibí un e-mail de la misma persona. Se disculpaba por su mensaje previo.

Ten en cuenta que yo no realice ninguna acción externa para lograr esa disculpa. Yo ni siquiera conteste su mensaje.

Sin embargo, solo diciendo «te amo», de algún modo sané dentro de mí lo que estaba creando en él.

Más tarde asistí a un taller de ho’oponopono dirigido por el Dr. Len. El tiene ahora 70 años de edad, es considerado un chamán abuelo y es algo solitario.

Él alabo mi libro «El Factor Atractivo». Me dijo que mientras yo me mejoro a mi mismo, la vibración de mi libro aumentará y todos lo sentirán cuando lo lean. En resumen, a medida que yo me mejoro, mis lectores mejorarán.

«¿Y qué pasará con los libros que ya he vendido y han salido de mí?» pregunté.

Ellos no han salido» explico él, una vez mas soplando mi mente con su sabiduría mística.

«Ellos aún están dentro de ti».

En resumen, no hay afuera .

Me llevaría un libro entero explicar esta técnica avanzada con la profundidad que ella merece.

«Basta decir que cuando quiera que desees mejorar cualquier cosa en tu vida, hay sólo un lugar adonde buscar: dentro de ti. Cuando mires, hazlo con amor».

Fuente: El Panal – Webislam

Silvia Freire explica Ho´oponopono
Fuente: www.silviafreire.com

Ahora estamos trabajando con una nueva técnica (que se llama ho’oponopono y deriva de lo que enseña el Dr.hawaiano Ihaleakalá Hew Len) cuya base es sentirse un 100% responsable de lo que ocurre en toda nuestra vida. Responsable de todo lo que hacen o dicen todas las personas que participan en ella, porque si están en mi película es que yo les dí el guión. Ya sea nuestro esposo o el presidente, si forma parte de nuestra realidad es responsabilidad nuestra. Ello no significa que sea «culpa» nuestra que el otro haga o diga algo, sino que es mi dibujo: si está en mi película, si lo estoy viendo, es que yo lo dibujé. Ya sea a nivel consciente o inconsciente. Cuando terminé de leer esta información, escuché a mi suegro que estaba peleándose por teléfono con un proveedor, y me di cuenta de que mi ego, en ese instante, se estaba vanagloriando de confirmar una creencia que yo tengo respecto de mi suegro: creo que mi es peleador. El hecho de que él sea peleador a mí no me afecta directamente, ya que no pelea conmigo; pero hace que el ego sienta placer de confirmar su sistema de creencias. Lo único que quiere el ego es confirmar que tiene razón, para justificarse. El ego necesita justificar haber armado un sistema de creencias. Entonces, el ego nos dice: «viste que era verdad que esa persona es de tal modo?»
Esta nueva teoría nos responsabiliza totalmente, y cambia la forma en que vemos todo lo aprendido; y cierra con lo que desde el principio dice el Curso de milagros, y también la física cuántica, respecto a que el observador afecta lo observado.
Entonces, si una persona está en mi película, yo soy responsable de todo lo que haga o diga, aunque no sea conmigo. Y la técnica es decirle a esa persona: «Lo siento, te amo» y luego decirme a mí misma: «Lo siento, me amo».
Así que cuando escuchaba pelear a mi suegro por teléfono, le pedí disculpas mentalmente, le dije «lo siento, te amo, lamento que el concepto que yo tengo de vos haga que ahora vos estés mostrándome este aspecto tuyo; perdoname por convocar este aspecto en vos» E inmediatamente, me dije a mi misma «Lo siento, me amo; me perdono por haber sentido ese placer de tener razón, me perdono por convocar en vos a uno que me demuestra que sos peleador, confirmando mi creencia.»
No me crean, por favor, pruébenlo. Díganle mentalmente a cada persona que tenga una reacción que les provoque fricción, «Lo siento, te amo, lo siento, me amo. Ho’oponopono». Mi suegro tardó menos de un minuto en cortar la comunicación amablemente, despidiéndose con un beso del proveedor al que le estaba gritando un minuto antes!

Y no caigan en la tentación de decir «claro, yo soy una creación de él, es él quien está dibujando esta reacción mía…» porque sino la técnica se convierte en un flash que rebota en el espejo. El reflector nunca debe apuntar al espejo, porque rebota. El reflector siempre a vos. Sólo a vos. El 100% sobre vos. En todo esto los demás no existen! Yo estoy sola en el cine, mirando una pantalla en blanco donde se proyecta la película que yo escribí, con los actores que yo elegí. Y si no me gusta lo que el otro dice, la forma de empezar a solucionarlo es tener muy presente que yo misma escribí ese guión. Tomar el volante de nuestra vida; porque mientras no tomamos conciencia de que no estamos manejando, el auto avanza igual, sin nadie que lo guíe. No es que dejamos de crear nuestra realidad, sino que seguimos creando, pero sin conciencia de estarlo haciendo.»

(ante una pregunta de una alumna respecto que no terminaba de creer que esto funcionara así, Silvia dijo:)
«Toda esta nueva teoría es muy complicada, muy nueva, muy distinta! Yo tengo un montón de años de vida, y viví creyendo que eran los otros los que me hacían, los que me perjudicaban, los que eran locos, malos, pesados, tontos… y ahora resulta que todos son una creación mía!! Es muy difícil convencer a la mente de esto… pero parece que es así como funciona… y siento que es así.»
(otra alumna preguntó cuándo lograríamos realmente deshacer todas estas creencias, cuando seríamos realmente libres. Silvia dijo:)
«Te recomiendo que no te permitas preguntarte cuándo. Primero, al preguntar cuándo, estás afirmando que el tiempo existe, y parece que el tiempo no existe, que es sólo una cuestión de prolijidad para que no ocurra todo en este instante.
Si algo es ahora, o es en 10 años, lo que importa es que ES. Y cuando algo es, hace que SIEMPRE lo sea. Cuando algo es, ES.
Y el cuándo fomenta una ansiedad que es la misma que hace que vayas en un tren de primera clase, hermoso, rodeada de lujos, pasando por paisajes paradisíacos, y que en vez de disfrutar, vos vayas pendiente de leer los carteles de los kilómetros que faltan…
Mi amor, relajate, mirá el paisaje, comé algo rico, disfrutá del viaje. No te permitas preguntarte cuándo, porque esa pregunta alerta al ego, le da poder. Todo lo que sean emociones negativas (como la ansiedad) viene de la oficina del ego. Cuando surja una pregunta de ese estilo, no pierdas la paz ni con el cuándo ni con el cómo. Concentrate en saber que estás en el camino, yendo hacia el lugar al que querés arribar: la absoluta paz interior» Te cuento un poco más de la técnica de Ho’oponopono. Joe Vitale (en el artículo que nos envió Belkys, de Chile), y Mabel Katz, (en su libro «El camino más fácil») hablan del terapeuta hawaiano llamado Ihaleakala Hew Len.
Dice Vitale que el Dr Len trabajó en el Hospital Estatal de Hawai durante cuatro años. Era el pabellón donde encerraban a los locos criminales más peligrosos. Por regla general los psicólogos renunciaban al mes de trabajar allí. La mayor parte de los miembros del personal caían enfermos o simplemente renunciaban. La gente que atravesaba ese pabellón simplemente caminaba con sus espaldas contra la pared, temerosos de ser atacados por sus pacientes. No era un lugar placentero para vivir, ni para trabajar ni para visitar. El Dr. Len dijo que nunca vio a los pacientes. Firmó un acuerdo para revisar sus legajos, en su oficina. Mientras miraba esos legajos, trabajaba sobre si mismo; y mientras trabajaba sobre si mismo, los pacientes comenzaban a curarse. «Luego de unos pocos meses, a los pacientes que debían estar encadenados se les permitía caminar libremente» dijo. «Otros que tenían que estar fuertemente medicados, comenzaban a mermar su medicación. Y aquellos que no tenían jamás, ninguna posibilidad de ser liberados, fueron dados de alta».
«No solamente eso» continuó, «sino que el personal comenzó a gozar yendo a trabajar. Terminamos con más personal del que necesitábamos porque los pacientes eran liberados y todo el personal venia a trabajar. Hoy ese pabellón está cerrado.» Aquí es donde se impone la pregunta del millón de dólares: «¿Qué estuvo haciendo usted con usted mismo que ocasionó que esas personas cambiaran?» «Yo simplemente estaba sanando la parte de mi que los había creado a ellos», dijo él. El Dr. Len explico que entendía que la total responsabilidad de tu vida incluye a todo lo que está en tu vida, simplemente porque está en tu vida, y al estar en tu vida, es tu responsabilidad. En un sentido literal, todo el mundo es tu creación. ¡Uau! Esto es duro de tragar. Ser responsable por lo que yo hago o digo es una cosa. Ser responsable por lo que cualquiera que esté en mi vida hace o dice es otra muy distinta. Sin embargo la verdad es esta: si asumes completa responsabilidad por tu vida, entonces todo lo que ves, escuchas, saboreas, tocas o experimentas de cualquier forma es tu responsabilidad porque ésta en tu vida: tu creación. Esto significa que la actividad terrorista, el presidente, la economía o cualquier cosa que experimentas y no te gusta, está allí para que la sanes. Ello no existe, por decirlo así, excepto como proyecciones que salen de tu interior. El problema no está con ellos, está en ti, y para cambiarlo, debes cambiar tú. Se que esto es difícil de captar, mucho menos de aceptar o de vivirlo realmente. Achacar a otro la culpa es mucho más fácil que asumir la total responsabilidad, pero mientras hablaba el Dr. Len, comencé a comprender esa sanación de él y que el ho’oponopono significa amarte a ti mismo. Si deseas mejorar tu vida, debes sanar tu vida. Si deseas curar a cualquiera, aún a un criminal mentalmente enfermo, lo haces curándote tu mismo. Le pregunte al Dr. Len como se curaba a si mismo. Qué era lo que él hacía exactamente cuando miraba los legajos de esos pacientes. «Yo simplemente permanecía diciendo ‘Lo siento’ y ‘Te amo’, una y otra vez» explicó él. «¿Sólo eso?» «Sólo eso. Resulta que amarte a ti mismo es la mejor forma de mejorarte a ti mismo, y mientras tú te mejoras a ti mismo, mejoras tu mundo» Esta semana, Silvia Freire nos dijo, respecto de esta técnica, que Ho’oponopono significa «corregir el error desde el amor». La técnica es decir : «Lo siento, te amo. Lamento que haya algo en mí que se manifiesta en tí. Y lo siento, me amo. Me perdono por estar creando esta realidad.»
Silvia dijo también:
«Les voy a contar cómo lo uso yo. Además de aplicar el «lo siento, te amo, lo siento, me amo», yo dedico un espacio de tiempo a trabajar la técnica con la palabra original. Entonces, me quedo en silencio, y con el primer pensamiento que aparece, le digo la palabra original: Ho’oponopono. Por ejemplo, ahora estoy viendo en el vidrio el reflejo de una lámpara que alguna vez me llevé de un lugar que compartía con otra gente. Esa lámpara es mía, y lo que me viene a continuación es el recuerdo de haberla retirado de este lugar, y el símbolo que ello fue: el recuerdo de que haberme llevado la lámpara significaba que me estaba yendo. ¿Ven lo que es la mente? Miro una ventana, veo que algo se mueve, sé que es la lámpara, me acuerdo del día en que me la llevé, me acuerdo del momento feo, me acuerdo del distanciamiento… mientras que en apariencia no hice nada! Por eso, aconsejan repetir mentalmente esta palabra todo el tiempo, como mantra, porque aunque uno esté en silencio, es la boca la que está en silencio: la mente nunca detiene su charla. Así que repítanla, y seguro que algún pensamiento van a detener.
Entonces: lo que yo hago para practicar es sentarme y observar los pensamientos que se presentan, detectarlos e interrumpirlos repitiendo Ho’oponopono. En el ejemplo que les di de la lámpara, cuando veo el reflejo, inmediatamente digo: ho’oponopono.
Con ello, detengo el pensamiento antes que se presente la asociación lámpara-retirarme-distanciamiento. Me quedo entonces en silencio, hasta que se presenta el siguiente pensamiento, y le repito la palabra… y así puedo detener por un momento el incesante funcionamiento de la mente.
No me crean, por favor. ¡Úsenlo!» terminó diciendo Silvia.

Ejercicios Ho´oponopono: Como hacer la petición

Simplemente con la frase:

– «Divinidad, limpia de mi todo lo que esta dando lugar a esta situación»

Este es un ejemplo. Se puede decir de muchas otras maneras:

– «Divinidad, borra de mi todos los pensamientos y memorias erróneas que provocan este problema»
– «Divinidad, elimina todas las partes erróneas de mi que hacen que este pasando esto….»
– «Divinidad, borra de mi todo aquello que está manifestando esta situación»

Antes de continuar, me gustaría hacer un apunte. Las frases anteriores son las más usadas para iniciar el proceso, pero también se puede enfocar de otro modo que, según mi parecer, es mucho más efectivo.
Con un ejemplo se vera mejor. Si ponemos el caso de que tienes un jefe que es un tirano, la frase podría ser:

– «Divinidad, borra de mi todos los pensamientos y memorias erróneas que hacen que tenga un jefe que me grite, o sea un tirano….»

Pero otra forma mucho mejor de enfocar la situación seria:

– «Divinidad, borra de mi todos los pensamientos y memorias erróneas que impiden que tenga un jefe amable y agradable»

en esta frase, en lugar de centrarnos en el problema, pedimos que se borren todas las partes erróneas que impiden que tengamos lo que queremos (en este caso un buen jefe). Es decir, en lugar de enfocarnos en la parte negativa (el problema), nos enfocaríamos en la positiva (como desearíamos sentirnos). Las dos formas son correctas, pero en la segunda tomamos aspectos positivos y, para mí, siempre es mejor ver la parte positiva antes que la negativa. Pero repito que de las dos maneras el Ho’Oponopono será efectivo.
Debo decir que el Ho’Oponopono no sirve para manipular a nadie ni para hacer que la gente actúe como nosotros queremos, si no para resolver problemas, pero esto lo aclararé en otro punto mas adelante.

Bien, una vez dicha la frase inicial, repetimos las frases siguientes:

«lo siento; perdóname; te amo; gracias.»

varias veces. Si en determinado momento hay alguna frase con la que no te sientes cómodo repitiéndola, pues no es necesario decirla. E igualmente, si en alguna ocasión sientes la necesidad de ir repitiendo tan solo una de ellas, pues puedes usar solo esa. Déjate guiar por tu intuición a la hora de hacerlo.

Vamos a ver cual es significado de las frases:

– Lo siento: aquí reconocemos que hay algo en nuestro interior que es erróneo y que esta dando lugar a algo que no nos gusta en nuestra realidad.

– perdóname: no estamos pidiendo a nadie que nos perdone, ni a la Divinidad. Estamos pidiendo a la Divinidad que nos ayude a perdonarnos a nosotros mismos.
La Divinidad no nos va a juzgar nunca, por lo que no necesita perdonarnos. Somos nosotros los que sí lo solemos hacer con nosotros mismos, por lo que tenemos que aprender a perdonarnos interiormente.

– te amo: transmuta la energía errónea de nuestro interior en Luz Divina. El lugar que ocupaba la energía errónea se llena con energía de la Divinidad.

– gracias: es una expresión de gratitud, de confianza en que el proceso ya se ha iniciado y el problema o situación será solucionado de la mejor manera para todos.

A partir de este momento, dejas en manos de la Divinidad la resolución del problema. Todas las frases se pueden repetir las veces que se desee, y por el orden que se quiera. No hay un número determinado de veces ni de días para hacerlo. Cuantas más veces se repitan, pues mejor, más se estará limpiando. Puede ser que un problema se resuelva en una semana, pero que otro tarde un mes….o varios, eso no lo sabemos ya que no tenemos ni idea de que es lo que necesitamos limpiar, ni de cuanta energía errónea hay o de la cantidad de pensamientos y memórias erróneas que estan manifestando el problema (y, afortunadamente, no necesitamos saberlo!!), por lo que lo único que podemos hacer es Ho’Oponopono siempre que nos acordemos y tantas veces como podamos.

Las frases no es necesario decirlas en voz alta, y menos si hay gente delante. Las puedes ir repitiendo mentalmente siempre que quieras.

Manual de Ho´oponopono
(libro en pdf para descargar):
hacé clic acá


Meditación guiada de Ho´oponopono, por Andrea Bruno:

 

 

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