Ocho aspectos de quienes viven alineados con la Infinitud del Universo y el Poder de la Intención. Por Wayne Dyer

El sentido del destino

En el lado activo de la infinitud tu conexión con la intención dejará de considerarse una opción para convertirse en una llamada a la que tienes que contestar. El lado inactivo, te lleva a ver la vida como una caos, un sinsentido, mientras que situarte en el lado activo te lleva a cumplir un destino que sientes en lo más profundo de tu ser. Te garantizo que simplemente por reconocer que eres un ser infinito y, por consiguiente, indestructible, tu conexión con la intención y tu capacidad de manifestar cuanto deseas dentro de los confines de tu Fuente Universal se convertirán en tu realidad. No hay otra forma.

 

Naciste con potencial.

Naciste con confianza y bondad.

Naciste con sueños e ideales.

Naciste con grandeza.

Naciste con alas.

No estás destinado a arrastrarte;

Tienes alas.

Aprende a usarlas y vuela.

 

Rumi.

 

 

El sentido de lo posible

La creación actúa sobre la imperecedera posibilidad de que cuanto se piensa puede ser. Piensa en algunos de los grandes inventos que actualmente son algo cotidiano: los aviones, la luz eléctrica, el teléfono, la televisión, las máquinas de fax, los ordenadores. Son resultado de ideas creativas de individuos que no hicieron caso del ridículo al que se expusieron cuando se centraban en lo posible en lugar de lo imposible.

La fuerza de la intención reside en mantenerse en el lado activo de las posibilidades infinitas. Se cuenta que George Bernard Shaw, que seguía creando a sus noventa y tantos años, decía: “Ves las cosas como son y preguntas: ¿Por qué? Pero yo sueño cosas que nunca fueron y pregunto: ¿Por qué no?” Piensa en las palabras de Shaw mientras practicas mantenerte en el lado activo de la infinitud y ver las infinitas posibilidades accesibles para todos.

 

 

El sentido de la reverencia

El concepto de infinitud, inspira reverencia y respeto. Cuando te encuentras en este estado, también te encuentras en un estado constante de gratitud. Encontrarse en un estado de gratitud crea magnetismo y, naturalmente, un imán atrae las cosas. Agradeciendo de corazón todo lo bueno que te llega así como los desafíos, empezarán a fluir más cosas buenas en tu vida gracias al magnetismo. Todas las personas de éxito que conozco están agradecidas por todo lo que tienen. Este proceso de agradecimiento abre las puertas a más cosas. Por el contrario un estado de ingratitud, interrumpe el flujo infinito de la abundancia y la salud. Es una puerta cerrada.

 

 

El sentido de la humildad

Cuando la humildad entra en tu alma, sabes que no estás solo en este mundo, porque sientes el corazón de la fuerza de la intención, que existe en todos y cada uno de nosotros. Como dice el Talmud: “incluso si eres perfecto en otros sentidos, fallas si te falta la humildad”. Cuando aceptas el lado activo de la infinitud, te encuentras ante algo tan inmenso que tu pequeño ego queda eclipsado. Una de las razones de tanta depresión  y tanto hastío en la actualidad es la incapacidad de vernos conectados con algo más grande y más importante que nuestro insignificante ego. Quienes se centran fundamentalmente en sus posesiones, su aspecto, la imagen ante sus iguales, -en definitiva, su ego- tienen muy poco sentido de la humildad.

Si quieres sentirte conectado a tu intención, ten por seguro lo siguiente: solo encontrarás tu propósito en el servicio a los demás , y en estar conectado a algo mucho más amplio que tu cuerpo, mente o ego.

 

 

El sentido de la generosidad

Si le preguntara al sol: “¿Por qué nos das luz y calor?”, creo que me respondería: “Porque es mi naturaleza”. Debemos ser como el sol y situar y ofrecer nuestra naturaleza dadivosa. Cuanto más des de ti mismo, por poco que sea, más abrirás la puerta para que la vida entre a raudales. Esto no sólo te compensa por tu regalo, sino que aumenta el deseo de dar y, en consecuencia, la capacidad de recibir. Cuando te encuentras en el lado inactivo de la infinitud, enfocas la vida fijándote en la escasez y acumular se convierte en un modo de vida. Cuando piensas en estos términos pierdes la generosidad, así como la inclinación a lograr tus intenciones.

 

 

El sentido del saber

La fuente infinita de la intención, no alberga ninguna duda. Sabe y, inconsecuencia, actúa según ese saber. Desechar la duda es una decisión para volver a conectarte con tu ser original. Eso distingue a las personas que llevan una vida de autorrealización. Piensan de una forma sin límites, infinita. Una de las cualidades sin límites consiste en pensar y actuar como si lo que quisieran tener ya estuviera aquí. No permitas que la duda entre en tus sueños e intenciones. Los soñadores son los salvadores del mundo.

 

El sentido de la pasión

En tu interior hay un alma infinita y apasionada que desea expresarse. Es el Dios que existe en tu interior, alentándote a satisfacer un profundo sentido de lo que estabas destinado a ser.

 

 

 

El sentido de formar parte de algo

En un mundo que dura eternamente, tienes que sentirte parte de él. Es imposible que no formes parte del mundo, porque tu presencia aquí es prueba de una Fuente universal y divina dispuso que vinieras aquí. Sin embargo, cuando vives en el lado inactivo de la infinitud, te sientes alienado de los demás. La idea de que todo esto es temporal y de que no eres una pieza de la infinita perfección de Dios, te lleva a dudar de ti mismo, a rechazarte, a la angustia y a muchas otras energías bajas. Lo que se necesita para abandonar esa sensación dolorosa, es trasladarse a la consciencia infinita.

Eres, en el sentido más auténtico, un ser humano que vive una experiencia espiritual ocasionalmente, o un ser espiritual infinito que vive temporalmente una experiencia humana. ¿Cuál de las dos te aporta un sentimiento de amor y cuál te inspira temor? Como el amor es nuestra verdadera naturaleza cualquier cosa que provoque temor no puede ser real.

 

Tu lugar en el lado activo de la infinitud te garantiza una sensación de seguridad, de amor y una conexión permanente con la intención.

 

Fuente: El Poder de la Intención. Por Wayne W. Dyer

 

 

Deja un comentario!