San José Obrero: oraciones para pedir trabajo al patrono de los trabajadores

San José Obrero, padre y custodio de la Sagrada Familia, es celebrado como el Patrono de los trabajadores. Esposo de la Virgen y padre adoptivo de Jesús, conoció muy bien el mundo del trabajo: fue carpintero y procuró el sustento diario para su hogar.

San José es modelo e inspiración para todo ser humano que desea asumir el trabajo desde una perspectiva espiritual. En ese sentido, el trabajo debe ser siempre una actividad auténticamente humana, que brinde realización y satisfacción al corazón humano y no sea solo medio para producir “cosas”.

Sin su sentido espiritual y trascendente, el trabajo se convierte en ocasión de viejas y nuevas esclavitudes, instrumentalización o manipulación. Por eso, como San José, cada persona que trabaja o da trabajo debe mirar al cielo y trascender lo puramente material, que siendo importante no agota toda la realidad. Es Dios quien corona todo esfuerzo en búsqueda del bien común y la plenitud.

San José, obrero y trabajador, es poderoso intercesor frente a la injusticia, auxilio para que no falte lo necesario y asistencia para quienes están desempleados o en búsqueda de un nuevo empleo.

La figura del padre adoptivo de Jesús es inspiración, ejemplo y compañía en el camino que los seres humanos recorremos para santificarnos y realizarnos, a través del trabajo concreto que toque desempeñar.

La fiesta de San José Obrero coincide con el ‘Día Internacional de los Trabajadores’, llamado en ciertos lugares simplemente ‘Primero de Mayo’.

Pío IX en 1847 estableció para la Iglesia universal la celebración de San José como patrono de los trabajadores, fijándola para el tercer domingo de Pascua. León XIII, en su encíclica Quamquam pluries, resaltó el papel del trabajo en la vida de San José y su ejemplo para los trabajadores; y Pío X, trasladó esta al miércoles anterior. El Papa Pío XII instituyó la fiesta de San José Obrero el 1 de mayo en 1955, en presencia de un grupo numeroso de obreros reunidos en la Plaza de San Pedro. El Santo Padre pidió en esa oportunidad que “el humilde obrero de Nazaret, además de encarnar delante de Dios y de la Iglesia la dignidad del obrero manual, sea también el próvido guardián de vosotros y de vuestras familias”. Que el Custodio de la Sagrada Familia “sea, para todos los obreros del mundo, especial protector ante Dios, y escudo para la tutela y defensa en las penalidades y en los riesgos del trabajo”.

Juan Pablo II, en su encíclica “Laborem exercens” [Al ejercer el trabajo], sobre el trabajo humano, destacaba que “mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo como hombre, es más, en un cierto sentido ‘se hace más hombre’”. Posteriormente, durante el Jubileo de los Trabajadores del año 2000, añadiría: “Queridos trabajadores, empresarios, cooperadores, agentes financieros y comerciantes, unid vuestros brazos, vuestra mente y vuestro corazón para contribuir a construir una sociedad que respete al hombre y su trabajo… El hombre vale más por lo que es que por lo que tiene. Cuanto se realiza al servicio de una justicia mayor, de una fraternidad más vasta y de un orden más humano en las relaciones sociales, cuenta más que cualquier tipo de progreso en el campo técnico”.

Oración a San José Obrero

Oh glorioso San José,
que velaste tu incomparable y real dignidad de custodio de Jesús y de la Virgen María
bajo la humilde apariencia de un artesano,
y con tu trabajo sostuviste sus vidas,
protege con amoroso poder a los hijos que te están particularmente confiados.

Tú conoces sus angustias y sufrimientos,
porque los experimentaste tú mismo,
al lado de Jesús y de su Madre.
No permitas que, oprimidos por tantas preocupaciones,
olviden el fin para el que fueron creados por Dios;
no dejes que los gérmenes de la desconfianza se apoderen de sus almas inmortales.

Recuérdales a todos los trabajadores que en los campos,
en los talleres, en las minas, en los laboratorios de la ciencia,
no están solos en su trabajo, en sus alegrías y en sus sufrimientos,
sino que junto a ellos está Jesús, con María, su Madre y Madre nuestra,
para sostenerlos, enjugar su sudor, embellecer sus fatigas.

Enséñales a hacer del trabajo,
como Tú lo has hecho,
un altísimo instrumento de santificación”.

Oración a San José Obrero para pedir por trabajo

Oh querido San José, mi bendito escolta y único guardián, el más juicioso y bondadoso hombre con un corazón tan noble y un alma armónica y gloriosa llena de afecto, acudo a ti en mi agobio para pedir tu auxilio; pon tus amorosas manos en mí crítico problema laboral y solicita al Dios creador que, con su bondad inagotable, esparza su Espíritu Santo sobre mí, y que por su majestuosa disposición me salve y dé solución a tan desesperada situación.

San José, jefe y dirigente de la Sagrada Familia, el más confiado y obediente hacia la voluntad de Dios, con una fidelidad intachable como esposo y el más honorario padre adoptivo, que con el sudor y rasguños de tus manos diste alimento a tu familia, por el profundo amor que guardaste al Divino Niño y a la Virgen María, te imploro para que utilices tu poder intercesor y estés presente en mis complicados problemas y me liberes de esta desesperación que me agobia.

Pide por mí para que las puertas me sean abiertas y consiga urgentemente el empleo o negocio propio, para que me dé sustento y me ayude a salir de tan grave complicación; un empleo digno, honorable, estable y bien pagado con el que sea capaz de hacerme cargo de los gastos de mi familia; un trabajo en el que emplee mis habilidades, que me ayude a explorar y experimentar para aumentar mi desarrollo como ser humano, y me permita seguir teniendo una relación con mi Dios todopoderoso.

Tú, que lo inalcanzable lo pones al alcance de nosotros, tú, que sabes de mis requerimientos corporales, espirituales y materiales, auxíliame para que seas tú quien me ayude a salir de estos malos ratos. De tu despensa de medidas para los problemas, dame un poco de aquello que necesito para resolver todo lo que acongoja a mi familia.

Haz que prontamente mis motivaciones y esfuerzos por querer seguir adelante se vean premiados con un trabajo que tenga la capacidad de traerme riquezas abundantes y prosperidad continua. Oh, mi querido San José, no me defraudes.

Comunícate con Dios para que logre conseguir lo que con sencillez y con mucha fe de todo corazón pido: (Pide con fervor y confianza lo que deseas obtener).

San José, alabado y querido pastor mío, tú que eres quien reparte las dichas del Rey de Reyes, déjame aprender de ti a amar, adorar, alabar y ser fiel servidor de nuestro Dios creador, hijo Salvador y Espíritu Santo glorificador e intercesor de la Santísima madre Virgen María, así como tú, con tu devota entrega, lograste hacerlo.

Protégeme, resguárdame, ayúdame, cuídame y haz descender de los Cielos lo que tan urgentemente necesito; dame fuerza ante tanta hambruna y decadencia, dame cuidado y silencio para salir exitoso de las desesperanzas y complicaciones de mi vida, y antes que nada, bríndame tu infinita seguridad con la finalidad de que, motivado por ti y dispuesto a seguir tus pasos, sea capaz de vivir armónicamente y en caridad con las demás personas, para así lograr alcanzar la perpetua alegría que sólo la patria celestial sabe dar.

Por Jesús, mi Señor y Salvador.

Amén.

Deja un comentario!