Mahashivaratri está dedicado a la desintegración de las aberraciones de la mente y así, de la mente misma, a entregarse a Shiva, Dios. La Luna, al igual que la Mente cuya deidad ella es, tienen 16 fases cada una. En Shivaratri, quince de éstas han desaparecido; y hay sólo una pequeña franja de la Luna en el cielo. La Luna Nueva que sigue no tendrá ni siquiera esa pequeña franja visible.
La mente también debe ser dominada todos los días hasta que, en el decimoquinto día, quince fases se han desintegrado y sólo queda una pequeña franja a ser eliminada de un plumazo final de esfuerzo. Ese es el Sadhana que realizaron durante la noche, bhajans, vigilia, ayuno. Cuando la mente funciona, hay más Moha (deseo ilusorio y apego) y el Kshaya (disminución) de Moha es Moksha (liberación). (1)
¡Encarnaciones del Divino Âtma! Habiendo logrado la rara fortuna de tener un cuerpo humano, el hombre debe esforzarse por manifestar la excelencia que es su credencial y ganar, como resultado de esa manifestación, a la Divinidad Misma. Una vez obtenido ésta, nada más necesita ganarse. Si se gana la visión de Aquello [Dios] , no hay nada más que visualizar. Si Aquello es amado, nada más parece merecer ser amado. Todo lo demás sería desecho y polvo. Cuando se conoce Aquello, es como si se conociera todo.
El gorrión (châtaka) está alerta para beberse las primeras gotas de nectarina lluvia que caen de la nube. No permite ni siquiera que el temible tifón ni las reverberaciones del trueno ni los cegadores destellos de los relámpagos ni los desastrosos rayos que caen de las nubes distraigan su concentración. El aspirante espiritual también debe, de la misma manera, llenar su corazón con el anhelo por Dios y esperar Su nectarina gracia de amor, sin dejarse distraer o perturbar por la alegría o el dolor, la ganancia o la pérdida, el honor o el deshonor que lo acosan por todos lados o por el ridículo, la oposición o hasta el odio dirigidos sobre él por sus padres, parientes y compañeros.
La naturaleza del hombre es una mezcla de características progresivas y regresivas. Él debe tomar nota de esto y promover las primeras excluyendo las últimas. La voluntad de renunciar, de compartir, de dejar, es una virtud preciosa. La curiosidad, el ansia por conocer, es otra cualidad que debe ser usada para mostrar la realidad que aparece como los muchos y es momentánea. Este conocimiento puede alcanzarse sólo cuando la conciencia es purificada por la gracia de Dios. Los días sagrados como la Noche de Shiva, Shivaratri, son destacados a fin de impresionar en la mente del hombre su deber de imponer un ‘ayuno’ a los sentidos y una ‘vigilia’ a su inteligencia para mantener alejados los impulsos e inclinaciones contaminantes. Este es el día en que Shiva consumió el veneno mortal que amenazaba con destruir el mundo y salvó a la humanidad de la perdición. (2)
Ya sea que se hagan acciones buenas o malas, no hay manera de escapar a sus consecuencias. Los antiguos, que sabían esto, siempre buscaron lo bueno y auspicioso. Éste es el significado de la adoración a Shiva. Cuando hablamos de Shivaratri, nos referimos a la noche asociada con Shiva, que es auspiciosa. El principio de Shiva está totalmente libre de lo que no sea auspicioso o sagrado en cualquier circunstancia. Cuando encarnaciones tales como Rama y Krishna aparecen en cuerpos humanos, poseen algunas asociaciones no auspiciosas relacionadas con sus cuerpos. A pesar de que encarnan con el propósito de salvar al mundo, proteger a los devotos y elevar a la humanidad, ellos deben desprenderse de sus cuerpos en un momento dado. De ahí que al nombre de tales avatares se añada el Sri honorífico como prefijo para indicar su advenimiento sagrado, pero en el caso de Shiva no se necesita ningún prefijo, pues trasciende las limitaciones corporales. A diferencia de Sri Rama y Sri Krishna, no existe un Sri Shiva o Sri Shankara. Shiva, o Shankara, siempre es auspicioso. La realización de la unidad con Shiva significa el logro de la inmortalidad.
“Chandhrama manas Jathah” (“La mente surge de la luna”) dice el Purusha Shuktha. La luna tiene dieciséis fases, la mente también tiene dieciséis. En la noche de Shivaratri, quince de las dieciséis fases de la luna son invisibles, pudiéndose observar solamente una. La mente también se encuentra en el mismo estado. Si durante Shivaratri se medita sobre Dios, se puede lograr el acercamiento a la Divinidad. La suprema santidad de Shivaratri consiste en realizar la unidad con lo divino mediante la meditación en Dios. (3)
(1) Sri Sathya Sai Baba 21 de Febrero de 1974.-
(2) Sri Sathya Sai Baba 29 de Febrero de 1984.
(3) Sri Sathya Sai Baba 11 de Febrero de 1983.