¿Cuál es la función del Arcángel Rafael? ¿Qué poder tiene? ¿Cómo rezarle? Oraciones y significado espiritual

Porque yo soy el Ángel Rafael, uno de los siete que asistimos ante el Señor.
-Tobías 7, 15

San Rafael es uno de los siete espíritus que están siempre delante de Dios, y le ofrecen el incienso de su oración y de la de los hombres.

El arcángel Rafael, jefe de los ángeles guardianes, es el ángel que fue enviado por Dios al joven Tobías, en la Biblia.

«Cuando yo estaba con ustedes, no era por mi propia iniciativa, sino por voluntad de Dios. Es a él al que deben bendecir y cantar todos los días.» (Tobías 12:18).

Él es una señal del cuidado de Dios por nosotros, una señal de su deseo de ponernos bajo la protección de sus ángeles. Su nombre significa «divino sanador» o «Dios sana»; Al ser el santo patrono de los curanderos y médicos, podemos pedir su intercesión en nuestras oraciones de sanación.


Oración de sanación a San Rafael

“Oh bondadoso y guía espiritual San Rafael arcángel, yo te invoco como el patrón de aquellos que están afligidos por la enfermedad o dolencia corporal. Tú hiciste preparar el remedio que sanó la ceguera del anciano Tobías, y tu nombre significa «El Señor sana».

Me dirijo a ti, misericordioso San Rafael Arcángel, implorando tu auxilio divino en mi necesidad actual – mencionar aquí la petición – Si es la voluntad de Dios, dígnate a sanar mi enfermedad, o al menos, concédeme la gracia y la fuerza que necesito para poder soportarla con paciencia, ofreciéndola por el perdón de mis pecados y por la salvación de mi alma.

San Rafael, amigo de los caminos, enséñame a conservar la fe en los sufrimientos y unir mis dolores con los de Jesús y de María, y buscar la gracia de Dios en la oración y la comunión. Deseo imitarte en tu afán de hacer la voluntad de Dios en todas las cosas. Como el joven Tobías, yo te elijo como mi compañero en mi viaje, a través de este valle de lágrimas. Deseo seguir tus inspiraciones cada paso del camino, para que pueda llegar al final de mi viaje bajo tu protección constante y en la gracia de Dios.

Oh Arcángel San Rafael Bendito, tú te revelaste a ti mismo como el asistente divino del Trono Dios, ven a mi vida y asísteme en este momento de prueba. Dame la sanación de esta enfermedad que ha traído dolores y desgracias a mi vida. Concédeme la gracia y la bendición de Dios y el favor que te pido por tu poderosa intercesión. Oh gran Médico de Dios, dígnate a curarme, como lo hiciste con Tobías si es la voluntad del Creador. San Rafael, Recurso de Dios, Ángel de la Salud, Medicina de Dios, ruega por mí.

Amén.”

Oración de protección a San Rafael

“Gloriosísimo príncipe celeste San Rafael, auxiliador eterno de los hombres, envía tus poderosos rayos tutelares sobre nosotros, indefensos humanos, envuélvenos en tus alas, y refúgianos con tu amorosa y enérgica luz.

Arcángel del Señor, prodigioso San Rafael, caudillo de los ejércitos del Todopoderoso, emisario de la Divinidad, amigo de tus devotos, compañero de los caminantes, socorro de los afligidos, médico de los enfermos, refugio de los perseguidos, azote de los demonios, tesoro riquísimo de los caudales de Dios, con tu sabiduría y poder libéranos de todo mal.

Tú eres arcángel santo, bondadoso cuidador nuestro, y uno de aquellos siete nobilísimos espíritus que rodean al trono del Altísimo. Por ello, y confiados en el grande amor que has manifestado a los hombres, te suplicamos humildes nos cuides y protejas, aléjanos de los peligros del alma y del cuerpo, de los enemigos que nos acosan, de los difamadores, de los traidores, ruines y envidiosos.

Aleja toda persona que nos lastime, que nos dañe con sus malas palabras, con sus malas acciones, con sus malos ojos, aleja todo mal deseo, todo lo que pueda romper nuestra paz.

Arcángel San Rafael, te pedimos con todo el fervor de nuestro espíritu, nos concedas salud ante la enfermedad, y nos des ayuda para salir victoriosos ante los dolores y padecimientos corporales.

Danos protección en nuestros caminos y defensa ante todo aquello que nos cause daño y desgracia, en especial tiéndenos tus celestiales manos para solucionar lo que tanto nos aflige y preocupa:

(Pide con fe por todo aquello que te preocupa)

No dejes de escudarnos y preservarnos en todos los malos momentos, en todas las adversidades de la vida, y en todas las situaciones de peligro para nuestros corazones y vidas.

Por último, te suplicamos nos acerques al trono y a la gloria de Dios nuestro Señor, pues sabemos que por medio de la gracia tú nos asistes y nos ayudas, y también por medio de ella, un día seremos tus eternos compañeros en la gloria celestial.

Amén”.

 

 

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