Domingo de Pascua: significado espiritual de la Resurrección de Jesús

Se conoce como Día de Pascua al Domingo de Resurrección. Celebrada el primer domingo después de la primera luna llena de abril (conocida como la “Luna Llena Pascual”), la festividad simboliza la esperanza para toda la humanidad. La Pascua es la celebración cristiana anual más importante pues ese día se celebra que Jesús venció a la muerte y resucitó, significa victoria, vida eterna y salvación. Jesús venció la muerte, se levantó al tercer día y gracias a su resurrección, todos los que ponen su fe en él reciben la salvación (o liberación espiritual del poder del pecado) y pueden tener la certeza de que vivirán con él por la eternidad. La celebración coincide en el hemisferio norte con el renacer de la vida y las flores en primavera.

La Pascua significa el triunfo de Jesús sobre la muerte. Los cristianos creemos que la resurrección de Jesús confirmó que él era el Hijo de Dios que había venido a la Tierra para brindar salvación a la humanidad y redimirnos de nuestros pecados a través de su sacrificio compasivo. Si no hubiera resucitado de entre los muertos, Jesús habría sido solo otro maestro o profeta, y sus apóstoles habrían continuado como el grupo abatido que el Evangelio de Juan describe como escondido por temor a los fariseos. Por lo tanto, la resurrección de Jesús constituye el núcleo del evangelio cristiano.

En el idioma hebreo, la palabra pascua – pésaj – significa «salto» o «paso». La palabra alude directamente a la historia del origen de la Pascua que encontramos en el Antiguo Testamento. Esta nos habla sobre el momento en el que la muerte «pasó por alto» o «se saltó» las viviendas “marcadas por la sangre del cordero”. Para nosotros hoy, la muerte de Jesús en la cruz – el sacrificio del Divino Cordero – ha sido la ofrenda máxima para nuestra salvación. Jesús, el Cordero de Dios, hizo la obra completa por nosotros. Gracias a él podemos vivir con la esperanza de la vida eterna.

Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos que también viviremos con él. Pues sabemos que Cristo, por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la muerte ya no tiene dominio sobre él. En cuanto a su muerte, murió al pecado una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios. De la misma manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.
(Romanos 6:8-11)

Reviviendo la verdadera esencia de la Semana Santa 

Como muchas festividades, la Pascua se ha convertido en una ocasión para el entretenimiento y el consumo comercial, y muchas empresas locales la utilizan como una oportunidad para promocionarse. Si bien es beneficioso involucrar al público en las celebraciones comunitarias, sería más significativo revivir la esencia espiritual de esta celebración para preservar su mensaje profundo.

La creencia cristiana sostiene que a pesar de que los seres humanos son imperfectos y cometen pecados, Dios tenía esperanza en la buena naturaleza de la humanidad y por eso envió a su propio hijo para redimirnos del pecado; implicando un mensaje excepcional de que los humanos todavía son dignos del Cielo si cultivan un buen corazón siguiendo el ejemplo de Jesús y creyendo en su divinidad.

A lo largo de la historia, el ser humano ha reflexionado sobre su lugar en el mundo y el sentido de la vida. Por avanzado y complejo que pueda parecer el mundo material, personas de todos los colores y clases se han vuelto hacia la religión y la espiritualidad en busca de verdades superiores.

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