El Ramadán es el mes más importante para la tradición islámica, ya que se cree que durante este mes comenzó la revelación del Corán a Mahoma (día 27, Noche del Destino) y también fue revelada la Torá a Moisés (día 2), las enseñanzas bíblicas a Jesús (día 12) y los Salmos a David (día 15).
Es el noveno mes del calendario lunar musulmán y está dedicado al crecimiento espiritual y la sensibilidad social. Se ayuna desde la salida hasta la puesta del sol, mientras que durante parte de la noche se reza y se estudian los textos sagrados.
El ayuno además de purificar el cuerpo se entiende que también es una forma de purificación espiritual: autocontrol con respecto a los placeres mundanos, comprensión del valor de los alimentos y de las dificultades que enfrentan quienes sufren en la pobreza. Se debe permanecer en un estado de paz, evitando los malos pensamientos.
En palabras de Ricardo Elía, secretario de cultura del Centro Islámico de la República Argentina: “el Ramadán, junto a la Fiesta del Sacrificio, son las dos celebraciones más importantes de la colectividad musulmana y la característica principal es el ayuno, que tiene como simbología la purificación espiritual y física. El ayuno, durante el cual no se puede comer, beber ni fumar y tampoco tener malos pensamientos, tiene muchas connotaciones como ser la solidaridad con los pobres y los carenciados ya que al no ingerir alimentos se toma conciencia del sufrimiento de los que menos tienen. Se busca ser cada día mejores cuidándonos nosotros y a los otros, tanto musulmanes o no, ya que todos somos criaturas de Dios. Una vez que termina el ayuno lo que se hace es la fiesta de ruptura del ayuno, en donde se realizan oraciones y la gente bebe y come. Es importante destacar que la religión musulmana, al igual que la judía y la cristiana son monoteístas, tenemos el mismo Díos y los mismos profetas, solo cambiamos algunos rituales. Las tres religiones son muy parecidas e inclusive los musulmanes si bien tienen el Corán aceptan a la Biblia como palabra”.
Se estima que en el mundo unas 1200 millones de personas practican el Islam, siendo así la religión con mayor cantidad de seguidores en el mundo, una quinta parte de la población mundial. Este solo dato desmiente a aquellos que confunden una religión de paz como el Islam con una ínfima minoría extremista, alimentada por el poder global para que luego sus acciones sirvan de excusas a invasiones y a un mayor control sobre las libertades civiles.