EL DESPERTAR DE CONCIENCIA EN LA PAREJA: ¿Cómo salir de la idealización hacia la conciencia dentro de la relación de pareja?

Desde la infancia aprendemos formas de relacionarnos con las personas que amamos, a la par de ese aprendizaje experiencial, vamos integrando creencias sobre lo que es una relación de pareja y las características que tiene la pareja ideal. Podemos decir que la mayoría de las personas a lo largo de su vida van conformando una idealización de las características que debe tener una pareja. Este sistema de creencias se va conformando de ideas y valores que aprendemos de personas emocionalmente significativas y que asumimos como propias sin haber realizado un proceso de discernimiento.

Idealizar a la pareja consiste en atribuirle cualidades que no están presentes en la realidad, o sobrevalorar las cualidades de la otra persona. Es apartarse de la conciencia para dar paso al establecimiento de creencias fantasiosas donde la otra persona es engrandecida.

En ocasiones podemos encontrar una idealización compleja que se conforma de características físicas, emocionales, sociales y relacionales. Sin embargo, en la realidad cuando las personas se relacionan en pareja es claro que su pareja no cuentan con las características que según su idealización debería tener.

Las ideas o creencias sobre lo que debería de ser la relación en ocasiones son difíciles de identificar en el proceso relacional, debido a que se encuentran profundamente arraigadas en la persona como una forma de lealtad a las creencias de sus mentores emocionales. En ocasiones podemos estar convencidos que esas ideas nos pertenecen del todo, sin tener presente que es algo que le pertenece a otra persona que en algún momento de nuestra vida fue un modelo a seguir para nosotros. Estas creencias fueron aprendizajes que en algún momento pudieron cumplir una función esencial en nuestro desarrollo, sin embargo, al ser ajenas a nuestras necesidades dichas creencias son disfuncionales en nuestra experiencia presente provocando frustración, insatisfacción y rigidez en los procesos afectivos.

Los vínculos afectivos no son estáticos, sino que van presentando modificaciones a través del tiempo. A la luz de la experiencia clínica dentro de la terapia de pareja es posible diferenciar dos momentos básicos: la idealización de la pareja (antes de la convivencia) y el re-conocimiento del otro (a partir de la convivencia). La gran dificultad que enfrentan los miembros de la pareja es paralizarse en un espacio relacional entre lo ideal y lo real donde ambos se encuentran ensimismados y luchando por imponer su versión de la realidad.

Podemos decir, que generalmente la elección de pareja no es congruente con las expectativas idealizadas, lo que desemboca en una constante tensión entre la realidad de la relación y lo que debería ser. En ocasiones esto provoca continuas discusiones y problemas dentro de la pareja, esta situación difícilmente se resuelven porque se presentan exigencias idealizadas que dificultan la satisfacción de necesidades en la pareja.

La insatisfacción dentro de la relación de pareja se pone de manifiesto

a través de una incapacidad de validar la presencia

 y necesidades subjetivas de la otra persona.

Cuando la relación de pareja se enfrasca en una tensión entre las exigencias idealizadas y las necesidades sentidas se crea un malestar que suele llevar a las personas a estados de frustración y violencia relacional. La comunicación violenta que se presenta dentro de la pareja limita la intimidad emocional, la confianza y la expresión de afecto. La comunicación agresiva trae consigo dificultades en la escucha activa y el establecimiento de acuerdos vinculados a la creación de alternativas relacionales más satisfactorias.

¿Cómo salir de la idealización hacia la conciencia dentro de la relación de pareja?

Ser consciente de la situación ayuda a los miembros de la pareja a realizar ajustes que les permitan aceptar la realidad personal y relacional. La conciencia proporciona a los miembros de la pareja la posibilidad de construir procesos relacionales fluidos y espontáneos que fomenten la satisfacción de necesidades a través de la utilización de sus propios recursos. Estas condiciones ayudan al descubrimiento de las propias necesidades afectivas y de las múltiples posibilidades que tienen como pareja.

El proceso de ajuste consiste en pasar de la idealización a la aceptación de la otra persona. Eso no significa que todo será sencillo, que no habrá problemas o asuntos inconclusos entre los miembros de la pareja. El proceso de aceptación puede traer consigo desequilibrio en la pareja, a pesar de que esta experiencia que puede ser dolorosa en un principio, la ruptura de la idealización ayuda la disminución de los reclamos y exigencias. La aceptación de la realidad incrementa la confianza, porque al aceptar plenamente a la otra persona también somos capaces de aceptar los aspectos tóxicos del propio comportamiento.

Con base en lo anterior podemos decir que los cambios en la pareja pueden traer como consecuencia una serie de crisis interpersonales mientras la pareja se organiza y asimila las nuevas posibilidades relacionales. La pareja al permanecer en un estado de crisis es capaz de integrar las novedades que surgen de la experiencia de tal manera que asimila los ajustes. Esta crisis no es un problema sino un proceso hacia la transformación de la pareja y sus miembros.

La crisis dentro de la pareja es benéfica para lograr la diferenciación de los miembros de la pareja, permitiendo que cada uno asuma responsabilidad por su propio proceder, sentimientos, opiniones y percepciones.

El proceso de ampliación de conciencia en la pareja es una evolución continua que surge de la interacción entre los miembros y su entorno, que responde a las necesidades presentes y no a las demandas idealizadas. La apertura relacional es el centro del crecimiento personal porque permite asimilar experiencias y desarrollar confianza en sí mismo y en la capacidad para construir una relación satisfactoria.

Podemos concluir que la capacidad de diálogo y empatía con nuestra pareja nos permite contactar con el amor, de lo contrario, la pareja no cuenta con la motivación suficiente para confiar en la otra persona y entregarse plenamente a la experiencia amorosa. El amor en pareja es cuestión de conciencia, confianza pasión y espontaneidad. La capacidad de amar profundamente está íntimamente relacionada con la posibilidad de salir del diálogo interno de victimización para contemplar de forma integral la experiencia relacional, sabiendo que no solo interactuamos con nuestra pareja sino que inter-somos en ese proceso de contacto-crecimiento que llamamos pareja.

 

Fuente: El despertar de conciencia en la pareja.

Autor: Lic. Díaz Calderón, Francisco Javier

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