Los santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel permanecen grabados en el alma de los cristianos de todos los tiempos en virtud a su grandeza y obediencia a la voluntad de Dios.
A Miguel, Rafael y Gabriel los conocemos bien porque aparecen mencionados en la Sagrada Escritura, cada uno llevando a cabo alguna misión crucial, bajo mandato divino, dentro de la historia de la salvación.
San Miguel Arcángel es quien está al mando de los ejércitos celestiales. El nombre “Miguel” en hebreo significa “¡Quién como Dios!” (a veces la exclamación aparece como pregunta); expresión que evoca la omnipotencia de Dios, así como su amor y justicia infinitas. Su nombre es el grito de guerra que resuena triunfante en la batalla contra el Adversario, Satanás, y su corte de ángeles caídos.
“Rafael”, por su parte, quiere decir “medicina de Dios” o “Dios ha obrado la salud”. San Rafael es el arcángel amigo de los caminantes y peregrinos; es también el médico de quienes padecen alguna enfermedad.
Por último, “Gabriel” significa “fortaleza de Dios”. A San Gabriel se le encomendó la misión de anunciar a la Virgen María que ella era la elegida para ser Madre del Salvador.
Dios ha querido revelarnos su poder a través de los Santos Arcángeles
En una de sus homilías, el Papa San Gregorio Magno (c. 540-604) señala que Dios quiso revelar los nombres personales de estos tres arcángeles como una forma de conocer “cuál es la misión específica para la cual nos son enviados”. De esa manera, es posible acudir a ellos en situaciones particulares, de acuerdo al poder que Dios le concedió a cada uno.
El 29 de septiembre de 2017, el Papa Francisco, con ocasión de la festividad de los Santos Arcángeles, 29 de septiembre, afirmó: «Hoy celebramos el día de tres de estos arcángeles porque han tenido un papel importante en la historia de la salvación. Y conmemoramos a estos tres porque también tienen un papel importante en nuestro camino hacia la salvación».
San Agustín dice respecto a ellos: “El nombre de ángel indica su oficio, no su naturaleza. Si preguntas por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel” (Enarratio in Psalmum, 103, 1, 15). Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios. Porque contemplan “constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos” (Mt 18, 10), son “agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra” (Sal 103, 20).
En tanto que criaturas puramente espirituales, tienen inteligencia y voluntad: son criaturas personales e inmortales. Superan en perfección a todas las criaturas visibles. El resplandor de su gloria da testimonio de ello.
Lo que yo pensaba desde hace algunos años, se acaba de confirmar:
LA TEORÍA CUÁNTICA SUGIERE QUE LA CONCIENCIA Y EL UNIVERSO MISMO SON FUNDAMENTALMENTE DOS ASPECTOS DE UNA MISMA NATURALEZA.
Un reciente experimento ha aportado pruebas convincentes a la teoría de que la conciencia podría surgir de procesos cuánticos en el cerebro, una idea propuesta por primera vez en la década de 1990 por el laureado con el Premio Nobel, el físico Roger Penrose, y el anestesiólogo Stuart Hameroff. Su teoría, conocida como Orch OR (Reducción Objetiva Orquestada), sostiene que la conciencia podría ser el resultado de cálculos cuánticos que tienen lugar en los micro túbulos del cerebro, pequeñas estructuras huecas dentro de las neuronas.
No se necesita un dios, simplemente !Haz el Bien y no el mal, con esa simple premisa, guiaras tu destino. En el momento que tu cuerpo quede en la tierra, tu conciencia personal transcenderá y se integrara a la conciencia universal.. Cuando tu rezas dios te escucha, pero no te habla, cuando tu meditas profundamente he introspectivamente con atención plena dios te habla