Santa Marta es patrona del hogar, de las casas de huéspedes; también lo es de las cocineras, las amas de casa, las sirvientas, los hoteleros y lavanderas. San Lázaro de Betania es patrono de los moribundos y los necesitados. Jesús profesó un cariño muy especial por su amigo Lázaro. Prueba de esto es que, como dice el Martirologio Romano: “Lázaro, hermano de Marta, fue a quien lloró el Señor al enterarse de que había muerto, y al que resucitó” (ver: Jn 11).
Marta, su hermana María y su hermano Lázaro, fueron amigos y discípulos de Jesús. De acuerdo a la Escritura, el Señor se hospedó al menos en tres oportunidades en casa de los tres, en Betania, ciudad ubicada a unos kilómetros de Jerusalén. De acuerdo al Evangelio, Lázaro había caído gravemente enfermo y sus hermanas enviaron gente para advertirle a Jesús —que no estaba en Betania— de que su amigo podría morir. Jesús, ocupado en su misión, no acude de inmediato al llamado y Lázaro muere.
Por eso, si hay una buena razón por la que los fieles recurren a Santa Marta para pedir su ayuda en las urgencias y dificultades, es porque ella conmovió a Jesús con su fe: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Luego le pide al Maestro con confianza absoluta que lo devuelva a la vida: “Pero aún ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá” (ver: Jn 11, 22). Jesús le responde: “Tu hermano resucitará” (Jn 11, 23).
Es a Marta a quien el Señor dijo, mientras estaba alojado en su casa: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada” (Lc 10, 41-42).
Marta, cuyo deseo de servir era auténtico, se dejó interpelar por Jesús. Él le mostró cuál es el sentido último de cuanto hacemos por otros, empezando por el necesario servicio: amar a Dios. Por eso, así como ella es ejemplo para todo aquel que quiera cumplir sus deberes con diligencia y responsabilidad, María, su hermana, es modélica en torno a la necesidad de la oración y la relación cercana de escucha o contemplación de la Palabra (“la parte buena”). Si el trabajo se hace sin amor, no tiene sentido; lo mismo que si Dios no es el centro, aun las cosas más nobles pueden hacer que se pierda de vista lo esencial (ver: 1 Cor, 13). Su hermana María, es patrona de quienes viven dedicados a la contemplación o la oración, así como de los vendedores de perfumes.
Hasta hace unos años, el día 29 de julio estaba destinado sólo a la celebración de Santa Marta. Sin embargo, a partir del 2021 se dispuso que los santos María y Lázaro sean también conmemorados en esta fecha.
Oración a Santa Marta
“Oh, Santa Marta milagrosa, me acojo a tu amparo y protección entregándome a ti, para que me ayudes en mi tribulación, y en prueba de mi afecto y agradecimiento, te ofrezco propagar tu devoción.
“Consuélame en mis penas y aflicciones, te lo suplico por la inmensa dicha que alegró tu corazón al hospedar en tu casa de Betania al Salvador del mundo; intercede por mí y por toda mi familia para que conservemos siempre en nuestros corazones a nuestro Dios viviendo en su gracia y detestando toda ofensa contra Él; para que sean remediadas nuestras necesidades y en especial esta que ahora me aflige (aquí se hace la petición).
“Te suplico que me ayudes a vencer las dificultades con la fortaleza con que venciste, por el poder de la Cruz, al dragón que tienes rendido a tus pies. Así sea. Amén”