¿Qué es el Tantra? Origen, significado, filosofía. Cómo despertar la energía kundalini

Mucho se habla en Occidente sobre el Tantra, pero ¿qué es realmente? ¿En qué consiste esta corriente espiritual que une al cuerpo con la energía y lo trascendente? Conocelo en esta nota:

Preguntas comunes sobre el Tantra.

Son muchas las preguntas respecto al tantra. El tantra es una forma de vida mística que abarca el comportamiento humano en todos sus ámbitos. La palabra tantra, de origen sánscrito, se puede traducir como “la acción continua de entretejer”.

El tantra dice que el individuo puede reintegrarse con su fuente creadora, poniendo en práctica una serie de principios que activan su energía, permitiéndole conectarse con el todo, el universo, la vida.

“El tantra busca activar tus puntos energéticos con ejercicios de meditación que te permiten sensibilizar el cuerpo, calmar la mente, aquietar las emociones y entrar en contacto con lo divino, un elevado estado de conciencia. Es preciso que si eres mujer contactes con tu lado masculino para conocer a tu pareja y conectar con él”, asegura Arhat.

Significados del Tantra

En Occidente, se hizo una interpretación literal de algunos textos, especialmente del tantrismo hindú y se dio paso a la idea masiva de que los ritos del tantra incluyen diversas prácticas a través de ejercicios que buscan despertar la energía kundalini. Esta interpretación literal del tantra se conoce como neotantra.

Una concepción frecuente sobre el neotantra es verlo como el «tantra occidental», desarrollado a partir del siglo XX y relacionado en parte con la Nueva Era.

El tantra (en sánscrito: तन्त्र ‘tejido’, en el sentido de la continuidad) o tantrismo es cualquiera de las variadas tradiciones esotéricas basadas en las religiones de la India. Existe en variantes hindúes, budistas, jainas y bönpo. El tantra en sus variadas formas, existe en países como Birmania, Bután, Camboya, Corea, China, India, Indonesia, Japón, Mongolia Nepal, Pakistán, Sri Lanka y Tibet.

Según algunas fuentes, esta doctrina se basa en un conjunto de escritos llamados Tantra que —según la tradición— aparecieron aproximadamente en el siglo VI aC de la mano de Siddharta Gautama (el Buda histórico). Pero se cree que antes de los Vedas y posiblemente relacionado con las semillas del taoísmo que apareció en China), conoce la existencia de una religión y un shamanismo tántrico.

El tantra es una de las tres escuelas más importantes del hinduismo contemporáneo (las otras dos son el shivaísmo y el vaishnavismo) y la principal dentro del Budismo Tibetano.

De acuerdo con sus textos, que deben interpretarse a modo de metáfora, la fuerza creadora se expresa en el ser humano y la integración de las actitudes masculinas y femeninas en cada persona.

Es también conocido como «la vía rápida» o «el vehículo del resultado», dado que un practicante de tantra aprende a hablar, sentir y conducirse ahora como si ya fuera un Buda que alcanzó la iluminación. Este enfoque es radicalmente diferente al resto de los caminos del yoga.

Los textos que recogen las enseñanzas del tantra (llamados Tantras) están escritos en clave simbólica, en forma de poemas, lo que dificulta su comprensión sin la ayuda adecuada. Suelen estar redactados como un diálogo en el que el dios Shivá responde a las preguntas de su esposa Devī en los papeles de maestro y discípula.

La palabra tantra, de origen sánscrito, tiene varios significados: ‘telar, tejido, urdimbre, la parte esencial, el rasgo característico, armazón, doctrina, regla”, etc. Pero hay otra forma de traducirlo: tantra podría derivar de la raíz verbal tan (‘extender’). Así pues, tantra significaría ‘la doctrina a través de la cual se extienden o desarrollan algunos tipos de enseñanza’ o ‘la acción continua de entretejer’.

El objetivo del tantra es la reintegración del individuo en la conciencia pura (que sería Śivá, la fuente original). Para alcanzar ese objetivo es necesario recorrer, en sentido inverso, el sendero de la manifestación. Y Śakti, la energía, es el vehículo mediante al cual la consciencia individual se une con la conciencia pura o divinidad. El final del camino de regreso es conocido como el despertar, un estado de «superconciencia».

 

Breve historia del Tantra

De acuerdo a la tradición fue el propio Buda quién transmitió los principios del Tantra al rey Indrabuthi, quien quería practicar el “dharma” pero no estaba dispuesto a abandonar su reino y sus reinas, cual si fuera un monje más. Convencido Buda de las sobresalientes cualidades del rey decidió enseñarle el Guhyasamaja Tantra no sin antes despedir a sus monjes menos preparados.

Las técnicas fueron pasando prácticamente en secreto de maestro a discípulo, de corazón a corazón, de boca en boca y de gesto en gesto. Las técnicas recién conocieron la luz alrededor del año 500 de nuestra era, la denominada “Era de los 84 Mahasiddhas”, de los “84 Realizados”. Estos realizados provenían de todos los estratos sociales de la India de esa época, reyes, escolares, monjes, trabajadores, prostitutas y otros servicios y artesanías. Todos ellos compartían un camino de iluminación. En un cuento evocativo, un hombre encargado de partir rocas con una maza y descontento con su trabajo, hace un alto y un yogi que pasaba le enseña como penetrar las rocas con la maza de su mente y con esa enseñanza obtuvo su iluminación, realizado en la via del trabajo que lo oprimía. En otra historia otro yogi atraído demasiado por la bebida obtiene su iluminación en forma milagrosa bebiendo 280 litros de licor

Uno de estos mahasiddhas, Padmasambhava, un maestro de las enseñanzas de la Maha Ati, atravesó el Tibet hace ya 12 siglos, estableciendo el Vayrayana como la religión del Estado e iniciando el primer linaje tántrico del Tibet, en tibetano la “Nyingma.” Unos tres siglos más tarde otro tibetano conocido como Marpa El Traductor llegó a la India donde recibió la transmisión de un Mahasiddha llamado Naropa. Un maestro Mahamudra y lo trajo de vuelta al Tibet iniciando el linaje Kagyu. El linaje Sakya comenzó trayendo maestros de la India, mientras que el Gelug, el linaje de los Dalai Lama tuvo su origen en el Tibet. El Vayrayana eventualmente se extendió a Asia central, Mongolia, China y Japón.

¿Qué es realmente el Tantra?
por Gary Allen

El Tantra es una manifestación especial de la sensibilidad, el arte y la religión de la India.  Hacia esa visión convergen estilos de vida, ritual, magia, mito, filosofía, signos y símbolos emotivos. Los textos básicos por cuyo medio se expresa esto se llaman Tantras. El Tantra incluye igualmente imágenes e ideas que proceden de las capas más antiguas de la religión india, muchas de ellas del Aiyan Veda y de los Upanishads.

Hoy día conocemos el Tantra por los textos manuscritos llamados Tantras, escritos en sánscrito o en lenguas vernáculas. Solamente unos pocos de los que sobreviven han sido publicados, y menos aún traducidos al castellano. Parecen haber sido compuestos en la India, en distintos períodos y lugares, a modo de enciclopedias de filosofía y de ritual tántrico, y copiados y aumentados muchas veces.

Sus raíces se pierden en el tiempo y muchos de sus principios místicos e iniciáticos son prevédicos y cuentan con una antigüedad de más de cinco mil años. En contraste con el firme y duro «¡No!» (netti, netti!) que lanza la tradición brahmánica oficial contra el mundo, contra todas las experiencias que más apreciamos de ordinario, como el amor, la comida, el goce estético que puede producir la naturaleza, la música, el arte, e incluso la adoración de un dios personal, el Tantra formula un resuelto, «¡Sí!», Y expresa que en lugar de suprimir el placer, la visión y el éxtasis, lo que hay que hacer es cultivarlos y utilizarlos.

Esas fuerzas, debidamente encauzadas, pueden darnos una fuente de energía sin precedentes, aportando beneficios tanto a la sociedad cuanto al individuo. Para que el cuerpo físico pueda colaborar en esto es preciso cultivarlo con tesón. El Tantra no es una creencia o una fe, sino una forma de vivir y de actuar. El tántrico tiene que vivir una vida controlada, porque sabe que sólo la repetición, de todo corazón y sin cesar, de actos auténticos, tanto físicos como mentales, puede cambiar su cuerpo y su conciencia. Llevarse bien con uno mismo es la única plataforma desde la cual se puede construir el altar de Sadhana (la práctica esforzada). La teoría, la simple lectura y el imaginar nada valen.

El Tantra sin base mente espíritu es un techo sin casa

La práctica tántrica aislada no tiene demasiado sentido y es a lo sumo una excelente gimnasia, disciplina cuerpo-mente y hasta una manera armoniosa y espiritual de comprender y practicar el amor. Como camino de perfección, dentro de budismo, necesita de dos prerrequisitos básicos: el Hinayana y el Mahayana. En la construcción de nuestro templo el Hinayana son las bases, el Mahayana las paredes y el Vayrayana el techo, es decir, practicar solo Vayrayana es intentar construir nuestro templo sin bases y sin paredes. El primero, denominado también vehículo pequeño introduce la noción de la salvación del individuo, mientras que el Mahayan o gran vehículo, penetra en el concepto de ser social, ser compasivo, aprendiendo a distinguir entre nosotros y los demás

Para muchos el budismo comienza y termina en el Hinayana mientras que para otros solo es trascendente practicar el Mahayana, cuyos fundamentos están descriptos en el Sutra Prajnamarita que dice:

La forma es vacío, el vacío es forma

Y a partir de allí comienza a describir como vacías todas las enseñanzas del Hinayana, incluso las Cuatro Nobles verdades de Buda. Al no existir el Yo deja de tener sentido el Nosotros y los Otros pues la forma es asunto de ficción, de convención. Justamente, cuando separamos el mundo en lo propio y lo de otros, comenzamos a aplicar nombres y cualidades a todo lo que percibimos. Si llegamos a darnos cuenta que nada tiene una permanencia intrínseca y una forma estable, llegamos a percibir que la verdad de la forma es su vacío. Pero a su vez el vacío es forma pues el mundo no desaparece en la nada y la forma surge del vacío y es indivisible con el. El ser compasivo, ve claro que todos los seres sintientes son Buda pero que aún no lo han percibido.

Los Chakras:
Segundo Chakra: sentir, desear, crear

Cada chakra es una visión del mundo. Es un darshan. Es una perspectiva que organiza nuestros sentimientos, pensamientos y valores para relacionarnos con el mundo y actuar en él. La visión del segundo chakra está asociada con la imaginación, el deseo, la pasión, la dualidad y las polaridades, con el movimiento y el cambio, y, fundamentalmente, con la creatividad.

El elemento asociado con el segundo chakra es el agua. Consideremos las cualidades del agua. El agua fluye y se mueve libremente, pero no corre hacia arriba de las colinas; por la fuerza de la gravedad, busca el punto más bajo, así como las sensaciones, bajo la presión del deseo, buscan una situación de empatía entre los opuestos, un nivel común en que los sentimientos similares pueden ser satisfechos. El agua no tiene forma determinada, como los sentimientos, que tampoco son permanentes. El agua es mucho más móvil que la tierra, pero, por medio de la repetición paciente y constante, el agua puede darle una nueva forma a la tierra. Los sentimientos pueden dar forma a los hábitos, pero el agua no es como el aire, así que hay un límite para la velocidad en que el agua puede moverse y la velocidad en que tú puedes moverte dentro del agua. Si alguna vez te has aventado desde un trampolín muy alto y te has caído de panza, el agua, que tiene naturaleza móvil, debió parecerte durante unos instantes un muro sólido. Las personas que funcionan fuertemente desde el segundo chakra y que se han abierto al mundo de los sentimientos, se mueven a la velocidad dictada por esos sentimientos. Si no se sienten listos para moverse, aun bajo la presión externa, no lo harán. Si consideran que ya están listos para moverse, aun cuando las condiciones externas no sean favorables, lo harán.

Alguien dominado por la visión del segundo chakra ve el mundo en función de sus sensaciones, de sus deseos, sus impulsos, y busca satisfacer sus pasiones.

A diferencia del primer chakra, cuya visión del mundo es singular, segura, aislada, el segundo chakra requiere de los otros.

Cuando el segundo chakra está bien desarrollado, la persona tiene opiniones, sabe hacer distinciones, le gusta el rojo pero no el azul, prefiere el calor al frío; a su vida no le faltan los contrastes y contornos. Un segundo chakra que funciona bien pinta el mundo con pasión, motivación y opiniones. Prepara el camino para la compasión del cuarto chakra, porque a la persona le importan ciertas cosas y las quiere.

El lenguaje del segundo chakra es sensual, colorido y tiene como objetivo la seducción del otro. Es flexible y fluido como el agua. Muchas personas entienden esto como tener habilidad para mentir o crear una historia para satisfacer la pasión.

Desde el punto de vista del yoga, las experiencias del segundo chakra dan una mínima muestra de lo que es la unión, el ir más allá del ser aislado y disolverse con, a través de y en el otro.

La combinación de creatividad y pasión del segundo chakra es una de las razones por la cual los artistas suelen tener personalidades temperamentales y estar llenos de singularidades y caprichos. Un artista debe tener opiniones y pasión. Ve el mundo de una manera diferente. Desea algo y busca la manera de expresarlo, de darle nacimiento. Es un acto final del segundo chakra dar a luz, pasar por el canal intrauterino y finalmente llegar a la luz. En el segundo chakra están mezclados el deseo y el placer, el dolor y el esfuerzo, para finalmente dar a luz tu creación.

El símbolo clásico del segundo chakra tiene en su centro un animal que es un cocodrilo y una serpiente. Lo llaman Makra. Representa un tipo de monstruo o serpiente que viaja en las profundidades del océano, como los que trataban de evitar los marineros para que sus barcos no encallaran. Nuestra mente viaja en una pequeña barca sobre el océano inconsciente de nuestras sensaciones y emociones. Puede encallar en cualquier momento por el poder de una ola de emociones. Este símbolo nos advierte que, a pesar de todos nuestros pensamientos racionales e intelectuales, o nuestros planes sistemáticos, si no tenemos destreza y una buena relación con nuestras pasiones, nuestro barco puede voltearse.

La investigación moderna ha descubierto que el pensamiento y las emociones van juntas, que nuestros recuerdos se almacenan en la mente tanto por la emoción que cargan, como por su significado o por otra forma de contenido. No es verdad que pensar es una función sin emoción. La división entre las emociones y pasiones expresada a través del segundo chakra, y los pensamientos y la capacidad de percibir que se reciben en el sexto chakra, están separadas. Se estimulan unas a otras. Los pensamientos e imaginación sobre diferentes cosas producen sensaciones y las sensaciones regulan el flujo, intensidad y credibilidad de los pensamientos.

Si la marea sube, también sube el barco. Si una persona eleva su estado de ánimo y su capacidad de sentir, todas sus intenciones conscientes aumentan en claridad y contraste. Obtiene la habilidad de comprometerse de todo corazón en una acción, hacia una meta.

El sistema sensorial conectado con el segundo chakra es el sabor. Sin pasión, la vida no tiene sabor. Y el sabor se obtiene por las mezclas acuosas de químicos que percibimos a través de nuestra lengua. Por ello es tan poderoso el arte de cocinar y combinar adecuadamente los diferentes sabores -dulce, salado, agrio, amargo, picante y astringente. Cada combinación de sabores puede provocar diferentes cualidades en las sensaciones y emociones. Un sabor te puede hacer sentir apasionado, otro anhelante, otro aletargado y listo para dormir.

Cuando experimentas una gran pasión, los sabores en tu boca también cambian. En el yoga se dice que cuando te unes al infinito, tu cerebro produce amrit, un néctar dulce y el sabor de tu boca cambia.

Cuando el segundo chakra está débil, el mundo parece plano. Hay poca pasión. Tú no tienes opiniones sobre las situaciones y tu cuerpo no presenta los efectos de la motivación, de amar los sentidos, del movimiento. Tu cuerpo tiende a estar constreñido, sin espíritu, insípido.

 

La energía Kundalini

En el marco del hinduismo, la kundalinī es una energía invisible e inmedible representada por una serpiente (o a veces como un dragón), que duerme enroscada en el mūlādhāra —el primero de los chakras (los siete círculos energéticos), ubicado en la zona del perineo—.

Varias doctrinas utilizan este concepto de la kundalinī: el yoga, el tantra, el budismo, el taoísmo, el sijismo y el gnosticismo.

Respecto a la representación simbólica de la kundalinī, anteriormente mencionada, cabría recordar que en muchas culturas la serpiente ha sido venerada como un animal sagrado. Así pues en la antigua civilización egipcia, la serpiente que los faraones llevaban en sus coronas, representaba su divinidad y alta iniciación (era símbolo de alta maestría). También en las culturas maya y azteca se veneraba a la serpiente emplumada (símbolo de la ascensión de la energía psíquica). En el Génesis de la Biblia la serpiente representa el conocimiento (como opuesto al dios Yahveh). También en los mismos mitos, está el ejemplo de la serpiente de los israelitas, que sanaba en el desierto. La serpiente aparece también representada en el conocido caduceo de Hermes, símbolo de la medicina.

Doctrina

La energía kundalinī subiría verticalmente por medio del fluido espinal, a través de la columna vertebral, atravesando todos los chakras y alimentaría el cerebro, modulando su actividad. Sería una energía evolutiva, y según el grado de activación en el individuo, condicionaría su estado de conciencia.

La serpiente tiene su base en el mūlādhāra, enrollada tres veces y media alrededor de él, y allí se encuentra, normalmente, dormida. De modo que, tras obtener la apertura de los chakras, puede ser despertada con técnicas como el tantra y el kundalinī yoga. La finalidad del kundalinī yoga es, por tanto, despertar a la serpiente y desenroscarla, dirigiéndola hasta el Sahasrara (el chakra superior) para unir cuerpo y espíritu, en un intento de integrar los dos principios, habitualmente opuestos, de materialidad y espiritualidad, fusionando sus energías dentro de un cuerpo humano individual. En términos tántricos estos principios serían Shiva (el principio masculino o conciencia) y Śakti (principio femenino o energía).

Para llegar a este estado, la serpiente kundalinī deberá atravesar 3 nudos principales:

El primero es el nudo de Brahma, en el primer chakra. El segundo es el nudo de Vishnú, en el chakra del corazón. El tercero es el nudo de Shiva en el entrecejo. En cada uno de estos sitios, las tres corrientes de energía se juntan, se anudan y se enredan en un reino.

En la medida en que la conciencia penetra el primer nudo, se empiezan a soltar los apegos a todas las sensaciones, los nombres y las formas de las cosas. Se establece una nueva relación con los sentidos y las sensaciones que se perciben a través de ellos. Antes de penetrar este nudo, cada sensación atrapa la mente, la cautiva, la distrae y para el practicante es difícil meditar o estar quieto. Todas las meditaciones que estimulan el punto del ombligo preparan el fuego que hace arder esa barrera y permite despertar más allá de su umbral.

Finalmente, se llega a la tercera puerta, en el sexto chakra. Este nudo está más allá de los cinco elementos naturales. Es donde se entrelazan ida, pingala, shushumna y los demás nadis (ríos). Cuando se abre, la respiración se equilibra temporalmente en ambos orificios nasales y lleva más allá del sentido del tiempo y de la identidad terrenal. Entonces se dice que el trikuti, los tres ríos, te convierten en un tri kala jñā (el que conoce los tres tiempos [el pasado, el presente y el futuro]). El yogui ya no actúa sólo para este tiempo sino para todos los tiempos. Si el nudo sigue apretado, el practicante puede obtener poderes sobrenaturales, pero estará apegado a ellos.

Según algunas religiones orientales, cuando un ser humano llegara al máximo desarrollo y activación de esta energía, conseguiría la iluminación, estado evolutivo en que se trascendería el ego y se desarrollaría la supraconciencia y el amor universal.

El despertar de la kundalinī

El gran objetivo de las prácticas yóguicas y tántricas es el desbloqueamiento de los nadis (‘ríos’) y el despertar de la energía kundalinī.

No obstante, los instructores de yoga advierten sobre el peligro que acarrea un despertar prematuro de la serpiente. En este sentido, todos los grandes maestros espirituales, advierten a este respecto, la necesidad de no forzar nunca en absoluto esta energía.

Tanto el tantra como el kundalinī yoga, son consideradas técnicas peligrosas. Por ejemplo, Swami Prabhavananda advierte acerca de los peligrosos efectos físicos que pueden resultar de los ejercicios de respiración del kundalinī yoga: «A menos que se hagan correctamente, hay una buena posibilidad de dañar el cerebro. Y las personas que practican este tipo de respiración sin una supervisión adecuada pueden sufrir una enfermedad que ninguna ciencia o médico conocidos pueden curar».

Muchos yoguis advierten que la práctica del yoga puede poner en peligro la cordura de una persona. En algún libro sobre yoga se cuenta el caso de un practicante occidental de fines del siglo XX autodenominado Gopi Krishna que —sin guía— dijo haber despertado su kundalinī haciendo meditación en su chakra de la corona. Su vida después del despertar fue tan bendita por la dicha y la euforia como atormentada por la incomodidad física y mental. Con el tiempo su experiencia se estabilizó. Al describir el despertar de la kundalinī (el poder de la serpiente enroscada), Gopi Krishna registra su propia experiencia de la siguiente manera: «Fue variable durante muchos años, dolorosa, obsesiva… He pasado por casi todas las etapas de … tipos de mente: mediúmnica, psicótica y otras; durante un tiempo estuve alternando entre la cordura y la locura».

El flujo de la kundalinī

Ida nadi

El ida nadi es el lado izquierdo, el canal de la luna. Según los hindúes, da el poder de las emociones en su estado puro, proporcionando las cualidades de gozo profundo, amor puro, compasión y habilidades artísticas. Este lado es el más femenino de hombres y mujeres. Los problemas típicos del lado izquierdo son el apego emocional, la depresión, la baja autoestima, el sentimiento de culpa o el letargo.

Pingala nadi

El pingala nadi es el lado derecho, el canal del sol. Daría poder a la mente racional, que permite aprender y obtener la fuerza necesaria para superar los problemas mediante el esfuerzo. Es el lado más masculino de los hombres y mujeres. Los problemas típicos del lado derecho son el comportamiento egoísta o violento, la arrogancia y el orgullo.

Shushumna nadi

El shushumna nadi, el canal central; es el equilibrio de los otros dos canales. De esta manera se obtiene un enfriamiento del canal del Sol y un calentamiento del canal lunar, consiguiendo así un estado de equilibrio en el que la atención deja de pasar de un canal al otro, de la tristeza a la euforia, de la hiperactividad al letargo, y permanece siempre en el centro.

Los chakras

Según el hinduismo, el cuerpo humano tiene siete chakras principales, que se corresponderían con los plexos nerviosos del sistema autónomo, y que darían cualidades como la diplomacia, la compasión, la sabiduría y la creatividad. Inmediatamente después de la «realización espiritual», los chakras se activan y comienza el lento proceso de limpieza de toda la energía negativa acumulada durante años de actividades autodestructivas (como la drogadicción, el alcoholismo, la violencia, la ira o el fanatismo de cualquier tipo). Los beneficios son casi inmediatos; las pequeñas ansiedades se reducen y el gozo y la objetividad comienzan a manifestarse.

En orden ascendente, los siete chakras son los siguientes:

Chakra mūlādhāra (tierra)

El primer chakra está situado debajo del hueso sacro, en el cual reside la kundalinī. Su aspecto principal es la inocencia, que es la cualidad que permite experimentar el gozo puro, sin las limitaciones de los prejuicios y los condicionamientos. La inocencia da dignidad, equilibrio y un fuerte sentido de lo correcto; una sabiduría intuitiva que está siempre presente en los niños, pero que poco a poco se pierde, debido a las condiciones de la vida moderna. Esta cualidad existe en todas las personas, y sólo está esperando el despertar de la kundalinī para manifestarse en toda su belleza y pureza.

Chakra swadisthan (agua)

El segundo chakra es el de la creatividad, el conocimiento y la atención puras. Es el que conecta con la fuente interna de inspiración y permite apreciar la belleza del mundo. El conocimiento puro que este chakra nos otorga no es mental, sino que es una percepción directa y absoluta de la realidad. En este centro se encuentra la capacidad de concentración y de atención. En el plano físico, cuida de la parte inferior del hígado, de los riñones y de la parte baja del abdomen.

Chakra nabhi, o chakra manipura (fuego)

El tercer chakra es el que da la cualidad de la generosidad y el sentido completo de satisfacción y felicidad. Cuando la kundalinī ilumina este chakra, proporciona rectitud y un sentido interno de moralidad, dando el equilibrio en las diferentes facetas de nuestra vida.

Rodeando al segundo y al tercer chakras, se encuentra el Vacío, que establece el principio del maestro en nosotros. En muchas tradiciones espirituales se le denomina el «océano de la ilusión» (en la tradición india se llama Baba Sagara), que sólo se puede cruzar con la ayuda de una guía espiritual. Cuando la kundalinī despierta y pasa por el Vacío, el principio del maestro se establece en el yogui, que se convierte en su propio gurú (maestro o guía espiritual), con la capacidad de sentir sus problemas sutiles en la yema de los dedos, y de solucionarlos usando su propia kundalinī.

Chakra anahata (aire)

El cuarto chakra, el círculo del corazón, es el lugar donde reside el espíritu, el verdadero ser. Desde el corazón se manifiestan el amor y la compasión, y este chakra nos proporciona el sentido de la responsabilidad. En su parte central, a la altura del esternón, se manifiesta como completa seguridad y confianza en uno mismo. Todos nuestros miedos y temores se disipan cuando la kundalinī atraviesa el chakra del corazón.

Chakra vishuddhi (éter)

El quinto chakra es el de la diplomacia. Este chakra aporta la energía que se necesita para la comunicación con los demás. Su buen estado repercute en que las relaciones sean correctas y en que se puedan expresar las percepciones del corazón. Este chakra se obstruye con los sentimientos de culpa y cuando se culpa a otros con la propia arrogancia (es decir, cuando se falta a la dignidad propia o ajena).

Chakra agnya (luz)

El sexto chakra se encarga del perdón y la compasión, y permite trascender de la conciencia mental pensante a la conciencia espiritual nirvichara (en sánscrito, ‘sin pensamiento’). Cuando este chakra se abre, entendemos el verdadero significado del perdón, al igual que nos hacemos conscientes del mal que nos hace el odio y el rencor. Estos últimos son incompatibles con la paz y el amor a los que un ser humano aspira desde el interior noble de su espíritu.

Chakra sahasrara

El séptimo centro integra los seis anteriores con todas sus cualidades y aspectos. Representa el último escalón en la evolución de la conciencia humana. Igual que el chakra swadisthan, el chakra sahasrara da la percepción directa de la realidad, conseguida mediante la realización, a través del despertar espontáneo de la kundalinī.

Una vez atravesado el tercer nudo, por fin, la serpiente se alza, se armonizan todos los chakras, y la luz del conocimiento desciende para unirse a la serpiente que se eleva hacia el sahasrara, hasta ser absorbida por él. En ese momento la conciencia individual se une a la conciencia universal y penetra en un estado de conocimiento, bienaventuranza y liberación final.

Sólo el verdadero iluminado es capaz de despertarla cuando quiera y cuantas veces quiera. Y hay que decir que muy pocos yoguis logran grandes resultados, aunque muchos pasan toda su vida intentando conseguir al menos un instante de la kundalinī despierta. El método concreto y explícito del despertar de kundalinī no se enseña a cualquiera. Son prácticas que se transmiten a discípulos aventajados, y sólo debe ejercitarse bajo la dirección de un maestro experto, pues, así como la serpiente puede resultar enormemente gratificante, también es un arma poderosa y peligrosa si no se utiliza del modo adecuado. Despertar la kundalinī sin haber sanado los chakras sería muy arriesgado.

Un dicho tántrico afirma: «Aquello que crees que libera, esclaviza, y aquello que crees que esclaviza, libera».

Shakti, la energía femenina.

En el marco del hinduismo, el término sánscrito śakti designa a la energía o potencia activa de un deva (dios masculino), personificada como su esposa.

En su origen toda divinidad femenina del hinduismo ha sido llamada Devī y ha sido asociada con la fertilidad, luego cada devī y su potencia se ha entendido como śakti. De este modo cada śakti es entendida como un aspecto de la Gran Diosa (Durgā o Kali). Se supone entonces que cada śakti en cuanto devi (diosa), es complementaria a un deva (más aún, se supone que es la energía de cada deva).

En el idioma sánscrito, śakti (pronunciado shakti, o raramente shaktí) significa:

* energía
* fuerza
* potencia
* habilidad
* capacidad
* facultad
* eficacia (de un remedio)
* potencia o significación de una palabra (según la gramática Nyāya: padasya padārthe sambandhah: ‘la relación entre una palabra y su significado’)
* la potencia de un caso: la idea representada con un ejemplo
* la potencia o fuerza, o la palabra más efectiva de un texto sagrado o de una fórmula mágica
* la potencia creativa o la imaginación de un poeta’
* Según el Rig Veda:
o ayuda, asistencia, dádiva, ofrenda
o lanza, pica, flecha, jabalina, aguijada, azagaya, alabarda, puya, asta

El credo śakta

El credo śakta es uno de los grupos religiosos del hinduismo. Se guía por los textos tántricos.

En el śivaísmo

De acuerdo con el Vāyu Purāna (uno de los seis Purānas que alaban a Śiva), la naturaleza femenina de Rudra de dividió en dos mitades: una asita o blanca, de naturaleza dócil (como Lakshmī, Sáraswatī, Gaurī, Umā) y otra sita o negra, de naturaleza salvaje (Durgā, Kālī).

En el tantra

Según el tantra, el ātmā (el alma de cada individuo) es coalescente con una śakti, y la liberación (mukti o mokṣa) se produce mediante maithuna por el cual se re-une el ātma-śakti con el Dios masculino (Śiva).

En la psicología moderna

Aparte de las explicaciones religiosas del hinduismo, el psicoanálisis freudiano-lacaniano y la psicología profunda de Jung explican de distintas maneras la noción de la śakti. En el yunguismo la śakti coincide en gran medida con la llamada Anima.

Según la antropología estructuralista, el concepto de la śakti como energía femenina que da vida a todo, es expresión de una subestructura inconsciente que existe en todas las culturas.

El sabio Śakti

En la mitología hindú, el sabio Śakti era un muni, el mayor de los hijos del sabio Vaśishtha, aunque en algunos textos tiene el patronímico Jātukarna y Sāmkriti. Venció a Viśwa Mitra Muni en el sacrificio del rey Saudāsa. De acuerdo con el Vāyu Purāna, era padre de Parāśara Muni (el padre de Vyāsa, el mítico autor de los Vedas). Es considerado autor de los versos 7.32.26, 9.97.19 a 21, 9.97.108.3, 9.97.108.14 a 16. Se identifica a Śakti Muni con uno de los Vyāsas y también con Alokitéśwara. Fue devorado por el rey Kalmāsha Pāda, quien se había convertido en un monstruoso rākshasa (caníbal) debido a la maldición pronunciada por el ‘poderoso’ sabio.

 

DISTINTAS NOCIONES DEL TANTRA

Para el Tantra, la vida es un proceso continuo en el espacio y el tiempo, sin hiatos entre todas las formas de vida. El Universo en Conciencia y Energía asociadas. El Tantra considera que cada célula es un ser viviente, consciente por sí mismo, dotado de un psiquismo, de emociones, de memoria, es decir, de una conciencia lúcida. Así, la conciencia es una propiedad de todo el cuerpo, no sólo del cerebro, porque “todo lo que está aquí está en todas partes “. La Conciencia es una dimensión del Universo.

Para el Tantra, el Universo es real y el tántrico se integra en él para percibir su realidad profunda. Con y en su cuerpo-universo el tántrico se unirá concretamente a esos principios cósmicos para sentir la divinidad de la carne consciente e inteligente.

El cuerpo es la piedra angular del Tantra. El cuerpo real es un universo de una complejidad extraordinaria. El cuerpo vívido es una simple imagen, un esqueleto, una construcción mental, y es el único aspecto que el individuo conoce. El cuerpo es producido y animado por una Inteligencia creadora, la misma que suscita y preserva el Universo, desde la más ínfima partícula subatómica a las galaxias. El cuerpo guarda potencialidades insospechadas, energías extraordinarias que la práctica del Tantra despierta y desarrolla.

Uno de los objetivos del Tantra es poner al yo empírico en contacto consciente y confiado con la Inteligencia superior del cuerpo. Es una clave secreta del Hatha Yoga. Enriqueciendo mi cuerpo vívido puedo acercarme más a la Sabiduría última del cuerpo real. Detrás de una aparente inmutabilidad relativa, encierra un proceso, un acontecimiento importante. Parte del cosmos en movimiento, cambia a cada instante. Su esencia es un dinamismo inteligente vinculado con el todo. El mundo de los objetos y de los seres no está hecho de unidades aisladas, sino más bien de procesos dinámicos en perpetuo cambio unitario.

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